Una velada bochornosa

La presidente Cristina Fernández culminó el jueves su bochornoso periplo académico por los Estados Unidos en una velada que tanto la Universidad de Harvard como la República Argentina desearán olvidar rápidamente. La presentación de la mandataria, en el marco de la Escuela de Gobierno de esa universidad, tuvo tres momentos diferenciados que merecen ser comentados separadamente. El primero fue la introducción del decano David Ellwood, inmoderadamente larga y tediosa como un artículo... Continúa →

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La salud de los enfermos

El 2012 asoma signado por la enfermedad: por un lado la enfermedad de la presidente, con un diagnóstico preciso, buenos médicos para enfrentarla y buen pronóstico; por el otro la enfermedad de la nación gobernada por ella, con la que ocurre todo lo contrario. La enfermedad personal ha captado la atención del país, la enfermedad social no parece preocupar a nadie.

Con su voto, los argentinos confirieron en octubre la suma del poder público a Cristina Fernández y pulverizaron a sus opositores. Nunca nadie concentró tanto poder en la historia de la Argentina moderna como esta presidente. Y no sólo por el caudal electoral que cosechó, sino también por la desintegración del sistema republicano de equilibrios y controles.

El Poder Legislativo se ha convertido desde diciembre en una mera escribanía del Ejecutivo (y el recién estrenado presidente de la cámara baja Julián Domínguez se declaró orgulloso de que así fuese), y el Poder Judicial ha demostrado ser complaciente o impotente: el gobierno reiterada y descaradamente ignora los mandatos de la Corte Suprema de Justicia, nada menos.
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Tontos pero no tanto

El gobierno decidió reclamar una participación en los directorios de varias grandes empresas proporcional al porcentaje accionario que posee la administradora del fondo estatal de pensiones, y algunas compañías, las cámaras que éstas dominan, y los medios de prensa más importantes armaron una batahola sin proporción con la causa que la provoca.

El bochinche abundó en especulaciones apocalípticas sobre las intenciones del kirchnerismo, y fue rico en expresiones como avance del estatismo, alineación con Chávez, inseguridad jurídica, desaliento a la inversión, invasión de lo público sobre lo privado, y otros términos habituales en la retórica de las corporaciones pero escasamente aplicables al caso.

Lo reprobable de la decisión oficial, y lo que en verdad debería preocupar al ciudadano, fue haberla resuelto mediante un decreto de necesidad y urgencia, sin someterla al Congreso. En cuanto a las empresas, sería tonto derramar una lágrima por quienes han aceptado en silencio, o directamente promovido, violaciones legales mucho más graves en perjuicio directo de la gente. Continuar leyendo “Tontos pero no tanto”

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Del dicho al hecho

Tras la muerte de su esposo, Cristina Fernández exhibió el tono amortiguado que le imponían sus sentimientos en esa circunstancia extrema, y esa gestualidad, comprensible y compartible, le atrajo la simpatía del público. Mucho más dirigida a la persona que a las políticas que esa persona encarna desde la primera magistratura.

Aprovechando esa corriente, la presidente invariablemente incluyó en sus mensajes referencias a la unidad nacional, a la necesidad de articular vínculos entre los distintos sectores de la sociedad, de generar un proyecto colectivo capaz de “profundizar e institucionalizar” lo realizado por el gobierno que se inició en el 2003.

“No vine para dividir, vine para unir a los argentinos tras un proyecto nacional”, afirmó esta semana en Córdoba. Sin embargo, toda una secuencia de episodios que arrancó tan pronto se reanudó la actividad política tras el receso estival demuestra que en el propio entorno presidencial hay muchos que no prestan atención a la mandataria. Continuar leyendo “Del dicho al hecho”

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La lucha continúa

Hugo Moyano multiplica sus aprietes para lograr la impunidad, y el gobierno parece ceder a ellos.

El líder camionero Hugo Moyano aparece frente a la opinión pública como una figura amenazadora y temible, una especie de capitanejo con caudales y tropa propia, que ronda el poder del estado decidido a empeñar sus recursos y movilizar estratégicamente su musculosa brigada de infantería mecanizada con el objetivo último de “quedarse con todo”.

Pero sus recientes bravatas lo muestran más bien como un hombre asustado. Empezó a asustarse cuando el bancario Juan José Zanola fue a parar a la cárcel, y se asustó todavía más cuando el ferroviario José Pedraza siguió la misma ruta, por razones levemente diferentes. Advirtió que los confortables tiempos de la impunidad sindical estaban tocando a su fin.

Es típico del hombre asustado volverse temerario, y doblar las apuestas. Moyano optó por adoptar un tono crecientemente amenazador, para inquietud del gobierno y de la sociedad. Y empezó con los aprietes, uno tras otro, convencido de que su poder sólo se alimenta del miedo que sea capaz de inspirar, en el gobierno y la sociedad. Continuar leyendo “La lucha continúa”

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