Héroes de Malvinas

La detestable dictadura militar que gobernaba la Argentina en 1982 envió a la muerte a 649 hombres caídos en hechos de guerra; la acariciada democracia recuperada en 1983, sus líderes políticos, sus formadores de opinión, y buena parte de la sociedad, enviaron a la muerte a casi 550 veteranos que se la procuraron por propia mano, sucumbiendo al abandono, el desprecio y el olvido. A treinta años de la guerra de Malvinas, un grupo de intelectuales ha emprendido la tarea de demoler y... Continúa →

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Metidas de pata

Hay coincidencias fatales. Justo el mismo día en que denuncia un insólito pedido judicial de listas de periodistas, la prensa de Buenos Aires pone en evidencia el pobre rigor de su trabajo al develarse el origen de la historia de los famosos zapatos que la presidente habría comprado durante su último viaje a París. Esta semana, los sitios de los grandes diarios argentinos y sus repetidoras no autorizadas, las radios de AM y FM, saturaron al público con la versión de que Cristina... Continúa →

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Nicolás Mancera (1930-2011)

Nicolás Mancera hizo por primera vez en la Argentina casi todo lo que la televisión puede hacer. Como productor, conductor y por momentos protagonista de sus legendarios Sábados circulares expandió los límites de un medio cuya finalidad ideal es mantener al espectador con la mirada fija en la pantalla el mayor tiempo posible.

Por eso su ambiente preferido, su hábitat, fue el programa ómnibus, con el que desde 1962 hasta 1974 logró cada fin de semana tener atornilladas a las sillas de la cocina y en torno del televisor en blanco y negro a familias enteras durante maratónicas entregas de seis a ocho horas, en las que el interés no decaía ni un instante.

Hoy se reconoce su talento, su creatividad, su audacia, su profesionalismo. Mancera consagró esas cualidades a un medio cuya naturaleza no permite trascender lo banal, lo efectista. Por eso, la televisión argentina le debe mucho, pero la cultura popular no mucho más que entretenimiento efímero sin chabacanería. Hoy en día eso es un valor. Continuar leyendo “Nicolás Mancera (1930-2011)”

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Hegemonías culturales

A lo largo de varios ensayos, la escritora Beatriz Sarlo instaló la noción de una supuesta hegemonía cultural del kirchnerismo. El señalamiento, que se apoya en algunos datos más bien folklóricos como una canción proselitista, un acto público, un programa de televisión, a lo sumo apunta a una intención, algo ingenua si se quiere, pero difícilmente a una realidad.

El kirchnerismo como política, modelo o cultura es una construcción imaginaria con los atributos típicos de lo efímero, un espectáculo teatral en el que nada es lo que parece, y cuya entidad se evapora al apagarse las luces. Si la protagonista decidiera imprevistamente no repetir la función, la plaza quedaría vacía y el viento se llevaría en jirones los telones de papel.

Su condición de posibilidad (su caldo de cultivo) poco tuvo que ver con el peronismo y mucho con la izquierda, con el llamado progresismo, que –éste sí– hegemónicamente domina, condiciona y asfixia la vida social, política, económica y cultural argentina. Sarlo se alarma ante el kirchnerismo cuando debiera reconocerlo, al menos, como un hijo de su propia entraña. Continuar leyendo “Hegemonías culturales”

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Tontos pero no tanto

El gobierno decidió reclamar una participación en los directorios de varias grandes empresas proporcional al porcentaje accionario que posee la administradora del fondo estatal de pensiones, y algunas compañías, las cámaras que éstas dominan, y los medios de prensa más importantes armaron una batahola sin proporción con la causa que la provoca.

El bochinche abundó en especulaciones apocalípticas sobre las intenciones del kirchnerismo, y fue rico en expresiones como avance del estatismo, alineación con Chávez, inseguridad jurídica, desaliento a la inversión, invasión de lo público sobre lo privado, y otros términos habituales en la retórica de las corporaciones pero escasamente aplicables al caso.

Lo reprobable de la decisión oficial, y lo que en verdad debería preocupar al ciudadano, fue haberla resuelto mediante un decreto de necesidad y urgencia, sin someterla al Congreso. En cuanto a las empresas, sería tonto derramar una lágrima por quienes han aceptado en silencio, o directamente promovido, violaciones legales mucho más graves en perjuicio directo de la gente. Continuar leyendo “Tontos pero no tanto”

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