Quemar a la bruja

El abuso de una menor en General Villegas volvió a poner en evidencia a una sociedad desaprensiva que abandona a sus hijos y sólo reacciona cuando se le piden cuentas.

En General Villegas, provincia de Buenos Aires, tres varones adultos abusaron de una menor de 14 años y festejaron su hazaña filmando la escena. Cuando el video se hizo público, la justicia abrió una causa contra los hombres. De inmediato, la ciudad fue testigo de varias marchas reclamando justicia… para los abusadores.

La comisión del delito es tan clara y contundente que no deja espacio para la opinión. Pero tanto en sus manifestaciones públicas como en lo que dicen en privado, los habitantes de Villegas parecen divididos en partes iguales: unos condenan sin titubeos a la chica, otros condenan a los tres hombres, como si la cuestión fuera opinable.

Esta incapacidad para entender lo que significa ser parte de un estado de derecho, esta dificultad para comprender que vivir en una sociedad organizada no es un don natural sino un hecho político que impone obligaciones, es un mal generalizado que enferma a la sociedad argentina, y que se manifiesta en abscesos cada vez más frecuentes. Continuar leyendo “Quemar a la bruja”

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Clasistas y combativos

El asesinato de José Darío Duarte puso en evidencia la existencia en Mercedes de una elite burocrática que educa a sus hijos en la impunidad y el desprecio violento por los demás.

Dos jóvenes trabajadores oriundos de Olavarría, José Darío Duarte y Matías Verna, se encontraban transitoriamente este mes en la localidad bonaerense de Mercedes, ocupados en el tendido de líneas para una empresa telefónica. Un sábado por la noche decidieron salir a comer y a bailar, y el amanecer los encontró caminando por la vereda de la disco Le Front.

Allí había una chica tomando una naranjada o un vino espumante. Darío, atraído por la belleza de la joven, se animó y le pidió un trago. La chica se lo cedió con una sonrisa, y esto desató la furia de dos muchachos que estaban con ella, quienes se fueron a las manos contra los audaces desconocidos. Hasta allí, la cosa no pasaba de una típica pelea de faldas a la salida de una disco.

Pero entonces intervino otro grupo, que había contemplado la escena desde la vereda de enfrente. Al grito de “¿Qué le pasa a ese negro?” unos diez jóvenes se sumaron a la embestida contra los dos trabajadores, concentrando su ataque sobre Darío, a quien literalmente desfiguraron a golpes y patadas en la cabeza. Dos días después moría en el hospital. Continuar leyendo “Clasistas y combativos”

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Una sociedad enferma

Lo ocurrido en Baradero es un brote sintomático de la enfermedad que aqueja a la sociedad argentina: la anomia

El pasado fin de semana, la localidad bonaerense de Baradero vivió su día de furia. En un episodio todavía no aclarado, un vehículo policial embistió en las primeras horas del domingo a una motocicleta de baja cilindrada, a la que aparentemente perseguía por una infracción de tránsito, y causó la muerte de los dos adolescentes que viajaban en ella.

Tan pronto corrió la noticia, unas dos mil personas se congregaron en la plaza del pueblo para protestar contra lo que todos interpretaron sin mayores datos como un exceso de energía policial para sancionar una simple contravención: los adolescentes no llevaban casco. Un grupo violento tomó el control de la protesta e incendió seis oficinas públicas, una casa y un vehículo.

La prensa nacional describió cómodamente el episodio como una “pueblada”, término habitualmente utilizado para mencionar un levantamiento espontáneo contra alguna injusticia gubernamental. Más bien fue el estallido de un absceso, un brote sintomático de la enfermedad que aqueja a la sociedad argentina, un aviso de lo que puede ocurrirle en cualquier momento al país entero. Continuar leyendo “Una sociedad enferma”

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Mónica Carranza (1946-2009)

Mónica Carranza fue una de esas mujeres que desde el corazón mismo de la pobreza y la exclusión libran cotidianas, desiguales batallas por mantener en pie la dignidad de los olvidados, de los humillados, de los marginados.

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Mónica Carranza fue una de esas mujeres que desde el corazón mismo de la pobreza y la exclusión libran cotidianas, desiguales batallas por mantener en pie la dignidad de los olvidados, de los humillados, de los marginados. Quién sabe qué poderoso instinto maternal, qué ansia de justicia, les da energías para extender su abrazo hacia la especie.

Desde su comedor “Los Carasucias” empezó por lo elemental, por atacar el hambre, cuya mordida destruye toda dignidad. Y siguió con la salud, la educación, el trabajo, cubriendo a fuerza de voluntad esas áreas que el Estado desatiende, que la sociedad ignora, coto de caza de los traficantes de droga, de los traficantes de votos, de los traficantes de personas.

En un país donde los políticos de carrera, los emprendedores profesionales, los líderes de opinión fracasan, Mónica Carranza, prácticamente criada en la calle, logró llevar adelante su empresa asistencial, atraer los aportes necesarios para sostenerla, ganar voluntades, concitar apoyos, y administrar todo eso hasta convertirlo en sostén de centenares de personas. Continuar leyendo “Mónica Carranza (1946-2009)”

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Pena de muerte

En una sociedad sin ley, sólo el azar nos coloca en el lugar de la víctima o del victimario

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Como ya ha ocurrido, especialmente en el gran Buenos Aires, el ingreso en un período de campañas políticas coincide con un incremento de los delitos violentos. Y, como también ya ha ocurrido, el aumento de la violencia criminal reaviva el eterno, estéril debate sobre la mano blanda, la mano dura y la pena de muerte.

El debate es estéril porque las sentencias a muerte ya han sido dictadas, y se siguen dictando cada día. En el gran Buenos Aires hay 400.000 jóvenes que no trabajan ni estudian. En el siglo XXI, y particularmente en este momento de reformulación de las economías occidentales, eso equivale a una condena a muerte literal, no es una figura del lenguaje.

Muchos de esos centenares de miles de jóvenes no son tontos, y saben o intuyen que están condenados. Y han optado, o seguramente lo harán, por apurarse a vivir el tiempo que les queda hasta el cumplimiento de la condena. El aliento de quienes se les crucen en el camino valdrá menos que una sombra: así, el número de los sentenciados se multiplica. Continuar leyendo “Pena de muerte”

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