Reformismo y calibración

La política del “vamos viendo” elude los compromisos, las cifras, los cómos y los cuándos, y apela a la fe y al optimismo

Desde el comienzo de su mandato, el presidente Mauricio Macri se mostró reacio a tener una política económica, y por eso nunca tuvo un ministro de economía, y por eso este fin de año se necesitaron cuatro funcionarios para anunciar una decisión. Según lo que parece ser la concepción oficial, la economía no se diseña sino que se administra, y eso explica que el jefe del ejecutivo hable de “reformismo permanente” y el presidente del Banco Central hable de “calibración”, que... Continúa →

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Otra vez los bancos

En el 2002, el gobierno de Eduardo Duhalde confiscó los depósitos en dólares que los ahorristas habían confiado a los bancos. Los bancos, que tenían esos depósitos en custodia, se acomodaron con el gobierno y se olvidaron de los compromisos asumidos con sus clientes. En el 2008, el gobierno de Cristina Fernández confiscó los depósitos que los aportantes habían confiado a las administradoras de fondos de pensión, y ni esas entidades, ni los bancos de los que dependían en muchos... Continúa →

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Bancos

Las asociaciones que agrupan a los bancos públicos y privados de capital argentino emitieron declaraciones acerca del conflicto con el Banco Central que abren serios interrogantes acerca de su compromiso con la legalidad.

bancos

El gobierno ha dado pruebas sobradas de incapacidad para comprender qué son las instituciones, y de qué se habla cuando se habla de institucionalidad, pese a que la actual presidente basó buena parte de su campaña electoral en la promesa de afianzar ese flanco débil de la organización política argentina.

Tras la serie de desatinos gubernamentales que provocaron la crisis institucional con la que inauguramos el 2010, la opinión pública expresó justificada y abrumadoramente su disgusto con los Kirchner en cuanto foro tuvo a mano. Pero la torpeza, la confusión de ideas, la falacia oportunista calan más ancho y más hondo en lo que entre nosotros pasa por clase dirigente.

Un ejemplo notable lo han dado en estos días justamente dos “instituciones” representativas del sector bancario argentino: la Asociación de Bancos de Capital Nacional (ADEBA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA) al respaldar el pedido de renuncia disparado desde la Casa Rosada contra el presidente del Banco Central. Continuar leyendo “Bancos”

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Decir que no

Martín Redrado ha comenzado a recorrer el camino que puso a Julio Cobos en el nivel más alto de la consideración ciudadana, el camino que nace de una palabra tan fácil de escribir como difícil de pronunciar: no.

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Martín Redrado ha comenzado a recorrer el camino que puso a Julio Cobos en el nivel más alto de la consideración ciudadana, el camino que nace de una palabra tan fácil de escribir como difícil de pronunciar: no.

Encuestas realizadas por un par de matutinos en sus sitios de Internet arrojaban el martes un resultado llamativamente idéntico. El 85 por ciento de las respuestas respaldaba su decisión de no renunciar a la presidencia del Banco Central.

Decir no requiere coraje, una virtud que en los niveles dirigentes de la Argentina –altos y medios, estatales y privados– ha sido desplazada por la proverbial destreza criolla en el arte de la realpolitik, vulgo caer parado y sin crearse enemigos. Uno nunca sabe. Continuar leyendo “Decir que no”

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Números

El sector público falsea sus cuentas y sus estadísticas, y el sector privado no le va en zaga. Sin números confiables, la Argentina no puede siquiera plantearse la tarea de su reconstrucción.

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El censo, la estadística, la cuenta, están en la base de toda organización social. De hecho, no es posible siquiera la forma más elemental de sociedad humana sin un recuento de sus integrantes, que permita al grupo tener idea de las propias fuerzas y asignar tareas y responsabilidades con una cierta eficacia. Esto ocurre incluso en el nivel familiar.

En su camino incesante hacia la disolución, la sociedad argentina está destruyendo la credibilidad de sus sistemas de cuentas, censos y estadísticas, públicos y privados, lo que implica no sólo el resquebrajamiento de una de las columnas fundamentales de su organización social sino la imposibilidad de ejercer en el futuro una acción eficaz en cualquier campo.

Lo ocurrido con el Instituto Nacional de Estadística y Censos es sólo la manifestación más visible y grosera de ese fenómeno, que además se extiende hacia los ámbitos de la salud, la educación, la demografía y otros, como los accidentes de tránsito o los derechos humanos, con amplia participación no gubernamental, y en los que hemos asistido a vergonzosos debates. Continuar leyendo “Números”

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