Diego Maradona, entre otros talentos que lo asistían, era sumamente perspicaz para captar las realidades detrás de las máscaras, y ponerlas en evidencia con ingeniosa ironía. Algunos ejemplos: “Pensé que venía Berlusconi y me encontré con el cartonero Báez” (sobre Macri presidente de Boca), “Si a Sampaoli le tirás la pelota, te la devuelve con la mano” (sobre un director técnico de la selección), “Bilardo es como Berisso: está detrás de La Plata”... Continúa →
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Columnas de Perfil
Dos columnas sobre el suicidio de René Favaloro publicadas en medios de la editorial Perfil hablan menos del médico que de una manera de hacer periodismo.
Uno ve juntas en la contratapa de Perfil las fotos de Favaloro y Maradona (Diego, el futbolista, no Esteban Laureano, el médico) y percibe de inmediato que algo no anda bien; sube la mirada al título, “Vidas disímiles, la misma demagogia”, y la sensación se vuelve más definida; lee la nota, firmada por Jorge Fontevecchia, y confirma la presunción. Por partida doble.
Fontevecchia es el presidente de la Editorial Perfil, director del periódico finisemanal del mismo nombre, y columnista consuetudinario y entrevistador estrella de esta publicación. Entre otras cosas, el artículo que comentamos endosa y recomienda una nota de Gustavo González, aparecida ese mismo fin de semana en la revista Noticias, otra publicación de la editorial.
La nota de González (Gustavo) se titula “Favaloro no es un héroe”, y acompaña una producción especial sobre los últimos días del médico en la Fundación que lleva su nombre. Los dos artículos, el del director de Perfil y el del director de Noticias, guardan correspondencia entre sí, y hablan menos de Favaloro que de una manera de ejercer el periodismo. Continuar leyendo “Columnas de Perfil”
Emociones fuertes
Gobierno y oposición manipulan las emociones populares con la intención de llevar agua para su molino, mientras libran en segundo plano una guerra sorda.
Vivimos un momento altamente emotivo. Se agitan las emociones sociales en torno del desempeño de la selección de fútbol y la suerte de su entrenador; se agitan las emociones a propósito de la remuneración de los maltrechos jubilados; se agitan las emociones respecto del marco legal que se quiere dar a la unión entre personas del mismo sexo.
Los momentos socialmente emotivos hacen la delicia de los dirigentes políticos sin ideas ni liderazgo porque les brindan la oportunidad de manipular esas emociones en su favor y obtener apoyos y solidaridades que de otro modo les costaría mucho conseguir. Tendrían que proponer alguna idea original y después movilizar la voluntad de la gente detrás de esa idea.
Las emociones públicas les dan el plato servido, y prácticamente no les imponen costo alguno ni les exigen esfuerzos de ninguna especie. La energía ya está allí, en la calle, y todo lo que tienen que hacer es capturarla y dirigirla hacia sus personas o sus parcialidades políticas. En otras palabras, llevar agua que corre sola para hacer andar las ruedas de su molino. Continuar leyendo “Emociones fuertes”
Derrota a la Argentina
La selección nacional de fútbol refleja mejor que ninguna otra cosa el desconcierto de la sociedad argentina, su falta de orden, de estrategia, de propósito.
En este momento, la selección nacional de fútbol refleja mejor que ninguna otra cosa el desconcierto de la sociedad argentina. Una sociedad pródiga en brillantes individualidades, cuyo talento se opaca y desperdicia en la incapacidad para funcionar como conjunto. Desconcierto significa justamente eso: falta de orden, de estrategia, de propósito.
Cuando una orquesta de destacados y reconocidos solistas falla en la ejecución, las miradas se dirigen inevitablemente hacia el conductor, el que tiene la batuta. Y aquí nos encontramos con el problema de siempre, en todos los órdenes: el que dirige no es el que debe ser. Tenemos un problema trágico en el mecanismo de promoción de liderazgos.
Una y otra vez la realidad nos dice que no basta con la inspiración repentina, la genialidad ocurrente, el esfuerzo de voluntad ejercido al extremo, si no están acompañados por el trabajo serio y sostenido, la serena inteligencia, el estudio y la capacidad. Y una y otra vez tropezamos con la misma piedra. En Sudáfrica, la Argentina cayó en su ley. Continuar leyendo “Derrota a la Argentina”
Hacerse cargo
La reacción de Diego Maradona contra los periodistas luego del partido con Uruguay repite la línea de pensamiento del gobierno, que cree que la gente se forma su juicio sobre las cosas según lo que lee en los medios y no según lo que ve.
El ejercicio de cualquier actividad social supone un riesgo: afrontar el juicio de los demás. El docente que se planta frente a su clase, el cirujano que empuña el bisturí, el músico que pulsa su instrumento, el periodista que escribe una nota, el carpintero que pule una mesa, saben que en ese acto se pone en juego su arte.
La respuesta llegará en forma de aplauso o abucheo, y hacerse cargo de esa respuesta, a veces injusta, forma parte del oficio.
Dirigir la selección nacional de fútbol es una actividad social, sobre la que se ciernen múltiples miradas dado el atractivo que ese deporte tiene entre el público. Como en el caso de una orquesta, esas miradas pueden detenerse en algunos de los ejecutantes, pero se centran sobre todo en el director, en el que tiene la batuta. Continuar leyendo “Hacerse cargo”