La inasible figura de Santiago Maldonado, un misterioso personaje que usaba tres teléfonos celulares y atravesaba continuamente la frontera entre Argentina y Chile de forma tal que las salidas de un lado no siempre se corresponden en los registros con las entradas en el otro, remite hoy a dos órdenes de preocupaciones que discurren por caminos cada vez más separados. Por un lado, a la suerte corrida por este joven de quien hace más de un mes no se tienen noticias, cosa que ya no parece... Continúa →
La pregunta retórica
Esclarecer lo ocurrido con Maldonado parece menos importante que mantener viva la consigna de su desaparición