Buenitos y democráticos

La desnaturalización de los organismos de derechos humanos obliga al gobierno a replantear su política para con ellos

La evocación del golpe de estado del 24 de marzo de 1976 proporcionó algunos indicadores sobre el estado de la sociedad argentina, su ignorancia de la historia, su incoherencia ideológica, y su proclividad al rencor y la venganza, a la violencia y al autoritarismo. En Córdoba, unas maestras utilizaron alumnos de primaria para escenificar escenas de fusilamiento, en las que niños con vestimenta verde oliva apuntaban contra la nuca de compañeros arrodillados en sus guardapolvos blancos.1 En la capital del país, organismos que se describen como defensores de los Derechos Humanos hicieron una franca apología de las organizaciones terroristas de izquierda cuyas acciones violaron todos esos derechos, y algunos más. Una marcha multitudinaria, convocada para repudiar un golpe de estado militar llamó directamente a recrear el golpe de estado civil del 2001, llamado que tuvo como ícono un helicóptero como el que entonces retiró al presidente constitucional de la Casa Rosada (pero también, cosa que pasaron por alto los estrategas de ese llamado, como el que en 1976 retiró de la Casa Rosada a la entonces presidente). La marcha evocativa del golpe militar tuvo como protagonista destacado al Partido Comunista, que en 1976 apoyó el golpe militar y lo siguió apoyando durante lo más intenso de su campaña antisubversiva. Todos los presentes identificaron al actual presidente constitucional con la junta militar que tomó el poder por la fuerza hace cuatro décadas, implicando de ese modo la legitimidad de un levantamiento en su contra. A modo de ejemplo, desconocidos incendiaron el local del partido gobernante, también en la provincia de Córdoba, y la portavoz insignia de lo que en la Argentina pasa por defensa de los derechos humanos propuso sin rubores en la marcha capitalina dejar de fingir apego a la democracia, textualmente: “dejar de ser democráticos para ser buenitos”.

Esta síntesis apretada pero representativa de lo ocurrido el 24 de marzo, además de poner de manifiesto que al menos una parte de la sociedad argentina tiene la cabeza quemada por acción de las drogas ideológicas y el éxtasis militante, exhibe el fracaso de la política oficial respecto de las llamadas organizaciones de derechos humanos, que no son tales sino convenientes fachadas para la acción política izquierdista o progresista. En lugar de restarles apoyo estatal, desalojar el edificio de la ESMA y devolverlo a la Armada, y tirar abajo ese muro costanero con nombres de desaparecidos que todo el mundo sabe es una enorme mentira; en lugar de establecer de manera fehaciente y oficial el número real de desaparecidos; en lugar de eliminar todos los subsidios, prebendas y compensaciones a ex miembros de las organizaciones subversivas o sus familiares; en lugar de anular el extravagante feriado del 24 de marzo, el gobierno prefirió, como diría la proverbial vocera, “hacerse el buenito”, nombrar un secretario de derechos humanos que en realidad ha venido obrando como cómplice de todos esos despropósitos, y mirar para otro lado con la esperanza de que el tiempo y la biología disuelvan el problema. Esperanza ilusoria, porque todo el aparato educativo y cultural del país está puesto activamente, hoy igual que ayer, al servicio de una media verdad, y apenas un puñado de personas se esfuerza por contar la otra mitad en clara inferioridad de condiciones. La presencia numerosa de jóvenes en marchas como la del otro día indica que hay una batalla cultural pendiente (otra más) y que la biología no va a resolver lo que debe resolver la política.

–Santiago González

  1. Las maestras cordobesas no fueron sancionadas por haber usado a los alumnos para propagar una visión parcial de la violencia política en la década de 1970, pero en cambio, la directora y varios docentes de una escuela de la capital federal fueron separados de sus cargos por proyectar un video que reclama se conozca la historia completa de lo ocurrido en esos años. Los lectores encontrarán ese video en la portada de este sitio, al pie de la columna derecha. []

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