Izquierda y derecha

«No es que a las ideologías les haya llegado la muerte, como se pretendió tras la caída del Muro. Su objeto es discutir la forma más justa o más eficiente de distribuir los bienes sociales y esa será una disputa eterna. Lo que agoniza es la teoría del todo, según la cual -más allá de promover una u otra forma de distribución- una ideología da respuesta a cada uno de los problemas sociales y esa respuesta es invariablemente contraria a la de otra ideología. (…) Se trata de... Continúa →

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Que se rompa, pero que no se doble

Si el pan-radicalismo no logra ofrecer una opción creíble y contundente de poder basado en la ley, como quiere Carrió, la gente se va a inclinar en el 2011 por un liderazgo fuertemente personal.

Según relató un discípulo, el pensador francés Raymond Aron solía decir en sus clases que la política era el arte de la transacción permanente, excepto en “un extraño país”, la República Argentina, donde había escuchado consignas estremecedoramente contrarias a esa concepción, tales como “Que se rompa, pero que no se doble”.

Esta consigna le pertenece a Leandro N. Alem, el fundador del radicalismo, formulada en los albores del partido y en los fragores de la lucha contra el “régimen”. Sometidos a presiones, los materiales flexibles se amoldan, los rígidos se quiebran. Para Alem, era preferible el quiebre a la transigencia con aquello que el radicalismo se proponía cambiar.

Alem es uno de los mentores políticos, frecuentemente invocado, de Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, que acaba de dar un “portazo” a radicales y socialistas, con los que compartía el armado del Acuerdo Cívico y Social, una alianza orientada a ofrecer una alternativa socialdemócrata al populismo kirchnerista en las elecciones del 2011. Continuar leyendo “Que se rompa, pero que no se doble”

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