Pizza, papas fritas, esvásticas y arcos dorados

Con lo que cuesta colocar la imagen de un politico en el mercado, ¿por qué descartarla cuando pasó su hora?

Nota de archivoOriginalmente publicada en el desaparecido sitio en castellano de CNN.

ATLANTA (CNN) — Mijail Gorbachov acaba de actuar, interpretándose a sí mismo, en un aviso de la cadena Pizza Hut, y la noticia hizo arquear las cejas a más de uno entre quienes sólo ven los ángulos negativos de este mundo mediático en que vivimos, e ignoran sus aristas positivas, que las hay.

En principio está el aspecto, digamos, ecológico o de conservación de la energía. Cuesta tanto colocar la imagen de un político en el mercado que es una lástima descartarla como trasto viejo cuando éste termina su mandato.

Esa sonrisa que, plantada en todos los televisores y portadas de periódicos, sirvió para vender una reforma tributaria, una política de salud, o una guerra, bien puede ser útil después para vender automóviles, o computadoras… o pizza.

Y esto lo sabe bien BBDO, la agencia de publicidad que contrató a Gorby.

BBDO ya había producido un aviso para VISA protagonizado por el ex candidato presidencial estadounidense Bob Dole, otro para Doritos con los ex gobernadores Mario Cuomo de Nueva York y Ann Richardson de Texas, y otro para Frito-Lay con el ex vicepresidente Dan Quayle. (Otro más, también para Pizza Hut, unió por primera vez a Donald Trump y su ex esposa Ivanna, lo que abre una interesante línea de reflexiones que dejaremos para otro día).

En realidad, se trata de un proceso inverso al registrado en países como la Argentina, donde figuras famosas por diversas actividades aprovecharon que su imagen ya estaba colocada en el mercado para iniciar una carrera política, en muchos casos a invitación de los propios partidos.

Así, el cantante y autor Ramón “Palito” Ortega llegó a ser elegido gobernador en su provincia de Tucumán, y el ex piloto de Fórmula Uno Carlos Reutemann hizo lo propio en Santa Fe, su estado natal. Ambos han declarado sus intenciones de competir por la presidencia de la nación en 1999.

En cuanto a Gorby, el aviso pone sobre la mesa el tema tan posmoderno de la banalización y la pérdida del significado. Historiadores y filósofos podrán escribir tomos y tomos sobre la perestroika, pero ¿quién podrá superar esta síntesis sublime?

Los parroquianos de Pizza Hut en Moscú ven llegar a Gorbachov al lugar:

–Por él tenemos este desorden económico –dice un viejo.

–Por él tenemos oportunidades –dice un joven.

–Por él tenemos cosas como Pizza Hut –afirma una mujer, poniendo fin a la discusión y despertando la aclamación de la clientela.

¿Demasiado trivial para un episodio de tanta riqueza histórica? Puede ser, pero en todo caso sumamente inofensivo. Reflexionemos sobre cuánta gente murió porque generaciones enteras se tomaron muy en serio cosas como la revolución francesa, o la reforma protestante.

En cambio, la imagen del Che estampada en una camiseta, o la de Evita clamando por la justicia social desde los gorgoritos de Madonna son tan inocuas como un tazón de cereales con leche. ¿No sería hora de ofrecerle a Fidel Castro publicitar los excelentes puros de su país? Piense, Miami.

El uso comercial de la imagen de los famosos viene siendo practicado desde hace tiempo por los herederos de las estrellas cinematográficas, junto con una legión de abogados a la caza de infractores.

Ahora también sabemos que los herederos de la princesa Diana resolveron registrar su imagen como marca, a fin de protegerla de usos indebidos o dañinos para su memoria. Hasta aquí todo bien, pero éste es justo el límite donde empiezan las complicaciones.

Porque si la familia Kennedy hubiera hecho lo mismo con JFK, ese poderoso ícono del sueño norteamericano, el periodista Seymour Hersh y su Lado oscuro de Camelot estarían recorriendo juzgados a la misma velocidad con la que hoy aparecen en los programas periodísticos.

Y más de la mitad de la producción de Hollywood no habría sido posible si Hitler hubiera registrado como marca su imagen y sus vastas escenografías, y defendido su esvástica con el mismo celo con que McDonald’s protege sus arcos dorados.

–Santiago González

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Desamparo en la sierra mexicana

Nota de archivoOriginalmente distribuida por la agencia Reuters.

TENIXTEPEC, México (Reuter) — La camioneta subió bufando por el camino de tierra y se detuvo en una explanada polvorienta. Un hombre moreno y gordo y una mujer blanca y pequeña descendieron y prudentemente permanecieron al lado del vehículo.

La gente se fue aproximando con lentitud, tal vez atraída por las luces que la camioneta llevaba en el techo, similares a las de los autos policiales que algunas veces llegaban hasta allí.

Los hombres tocados con sombreros de paja y las mujeres de vestidos multicolores aguardaron bajo el sol en silencio, el mismo silencio con el que el dia anterior habían acompañado a nueve de los suyos hasta el campo santo.

El hombre gordo empezó a hablar.

Una doble hilera de chozas de madera con techos de chapa montada sobre la cresta de un cerro define la única calle de Tenixtepec, una típida comunidad campesina de la Sierra Oriental mexicana, sobre las faldas del volcán Orizaba, en el estado de Veracruz.

Administrativamente depende del municipio de Coscomatepec, ubicado a unos 38 kilómetros. Pero lo escarpado del camino hace que sólo dos veces por semana, los martes y los jueves, un emisario oficial suba hasta el poblado.

Aunque hay una capilla, los 1.500 habitantes de Tenixtepec carecen de sacerdote. El párroco de Tetelcingo, un poblado cercano, los visita una vez por mes para cuidar de sus almas ya que poco puede hacer por sus cuerpos.

Muchos de los que escuchaban al hombre gordo que hablaba acodado sobre la ventanilla de la camioneta estaban vivos, si no por milagro, gracias a la diligencia y femenina intuición de Altagracia Contreras Villa, la “auxiliar de la comunidad”.

El domingo anterior, Altagracia comenzó a recibir la visita de vecinos aquejados de fuertes dolores, fiebres altas, diarreas.

Los cuadros de gastroenteritis son comunes en Tenixtepec, que tiene electricidad pero no agua potable, aparentemente porque algún político pensó que el resplandor de las luces le traería más votos que una canilla.

Pero la cantidad de pedidos de ayuda intranquilizó a Altagracia, que esa misma noche exhortó a su marido, el maestro del pueblo, a escribir una carta pidiendo ayuda. Lo hicieron a la luz de una vela, porque la luz estaba cortada, según relató a Reuter.

El hombre gordo se enjugó la frente con el brazo y, tras disculpar la ausencia en el lugar del alcalde o el gobernador del estado, aseguró al auditorio que las autoridades estaban muy preocupadas por su situación.

“El gobernador está allá –dijo haciendo un gesto vago con la mano como los sacerdotes cuando hablan de Dios– pero durante todo el dia y hasta muy entrada la noche ha estado trabajando para traerles toda la ayuda posible”.

Los indígenas de rostros morenos, curtidos, que lo rodeaban no mudaron su expresión, tal vez pensando en los nueve muertos para los que el pedido de auxilio de Altagracia no había llegado a tiempo.

“Suerte que se me ocurrió enviar esa carta”, reflexionó la mujer, que en la mañana del lunes se las ingenió para hacer llegar el papel hasta Coscomatepec, sin esperar la visita del emisario de la comuna al día siguiente.

Cuando el médico municipal Juan del Bosque llegó al lugar e instaló su consultorio bajo un cobertizo de paja con piso de tierra, algunas personas ya habían muerto y los casos de enfermedad se multiplicaban hora a hora.

“Tuve que aplicar dosis fraccionadas de los antibióticos, antidiarreicos e hidratantes que traía conmigo”, dijo a Reuter. También solicitó permiso para improvisar un hospital en las dos habitaciones de chapa que conforman la escuela.

En total, 230 personas cayeron enfermas, y el criterio de los médicos y biólogos que posteriormente llegaron en legión era que la contaminación del agua había sido la causa.

El agua que beben los habitantes de Tenixtepec baja desde manantiales en la montaña y se recoge en pozos ubicados en distintos lugares del pueblo.

“Allá arriba hay letrinas, y es posible que las fuertes lluvias de los últimos días hayan arrastrado materias fecales hasta los pozos”, dijo el epidemiólogo Alejandro Escobar Mesa, de los Servicios Coordinados de Salud Pública.

Las causas de la contaminación fueron en principio motivo de controversia en la zona, y algunos diarios locales recogieron opiniones en el sentido de que podría tratarse de herbicidas utilizados en la destrucción de plantíos de marihuana.

El doctor Escobar dijo a Reuter que las muertes se habían producido por deshidratación, pero su colega Del Bosque manifestó que los cadáveres mostraban una coloración morada más acentuada que la común lividez mortal.

Al dar el veredicto oficial sobre el episodio, el secretario de salud del estado de Veracruz, Pedro Coronel Pérez, dijo que el consumo de agua contaminada con materias fecales había sido la causa del brote endémico.

“El agua contaminada provocó deshidratación por diarrea y posteriormente una severa infección gastrointestinal que causó la muerte de cinco menores y cuatro adultos”, señaló.

El doctor Escobar dijo que las altas temperaturas y la mala nutrición de la población habían sido factores agravantes.

Maura Rosas Morales, una anciana de cabellos grises y un diente sí y otro no, describió a Reuter el menú típico de la población.

“Nosotros somos pobres –explicó–: unas papitas, unos frijolitos, y ya”.

El párroco de Tetelcingo, Hugo Gasperín Zanatta, agregó otro dato: “Antes nos mandaban para ellos leche en polvo y margarina, pero hace más de un año que suspendieron el envío”.

La revolución, la reforma agraria y el salario mínimo son cosas apenas conocidad de oídas en Tenixtepec y en otras muchas comunidades marginales de las que ésta es sólo un ejemplo.

Los hombres que tienen trabajo reciben unos 3.000 pesos diarios (1,30 dólar) como jornaleros en fincas de las cercanías donde se cultivan papas, frijoles, maíz. El salario mínimo en los centros urbanos es de 8.000 pesos diarios.

“Están marginados en todos los sentidos”, dijo el párroco Galperín. “Marginados económicamente porque no hay fuentes de trabajo. Marginados porque hay elevados índices de alcoholismo. Marginados en cuanto a la educación”.

El hombre gordo terminó su discurso y señaló a la mujer blanca y pequeña que tenía a su lado.

“Es la esposa del alcalde, que quiere saludarlos”, dijo.

La mujer se dirigió a los rostros morenos con voz dulce y persuasiva, como las que emplean las maestras de los primeros grados para tranquilizar a los niños.

Apenas se la oía, pero nadie reclamó ni dio un paso adelante para escuchar mejor. Las expresiones permanecieron inmutables, los ojos fijos en algo que no parecía estar presente.

Cuando pareció que había concluído alguien dijo “Gracias” y el grupo se dispersó en silencio, arrastrando unos pies gredosos que ya habían absorbido el color de la tierra.

La camioneta se fue y luego lo hicieron los médicos y los trabajadores sociales. El polvo que levantaron los vehículos se fue depositando lentamente sobre Tenixtepec.

En la capital del país, el principal noticiero de televisión utilizó imágenes de otro pueblo al dar la noticia de los nueve muertos.

–Santiago González

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México mira hacia el norte

Nota de archivoOriginalmente distribuida por la agencia Reuters. En una conferencia de prensa ofrecida en Caracas, el canciller Solana desmintió de inmediato el contenido de esta nota. Dos años después, México firmaría su adhesión al Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá.

MEXICO DF (Reuter) — El presidente Carlos Salinas de Gortari será el gran ausente esta semana en Caracas, en un gesto que según observadores locales sanciona un cambio de sur a norte en la brújula de la política exterior mexicana.

En coincidencia con la asunción del nuevo gobierno de Carlos Andrés Pérez, la capital venezolana será escenario de un encuentro de presidentes del Grupo de los Ocho, que reúne a las principales democracias de América latina.

Por su parte, los jefes de estado y de gobierno de los países miembros del Sistema Económico Latino Americano (SELA) aprovecharán su presencia conjunta en Caracas para celebrar un “acto de unidad regional”.

El problema de la deuda externa y las perspectivas de la integración regional figuran en la agenda de ambos encuentros. México, integrante de los dos grupos, estará representado por su canciller Fernando Solana.

La decisión de Salinas de no viajar a Caracas, oficialmente justificada en la necesidad de atender asuntos internos, fue interpretada por los observadores mexicanos como una señal de que su política exterior no apunta precisamente al sur.

“Aunque sea para oponerse, México jamás había dejado de participar en este tipo de encuentros, más cuando se realizaron a nivel presidencial”, escribió Jorge Fernández en el matutino Unomásuno.

“En este caso, se trata de dejar explícito que nuestro camino es otro”.

El detonante del cambio de rumbo se remonta a comienzos de la década, cuando se desata la crisis de la deuda externa y se desploman los precios del petróleo, por entonces la principal fuente de ingresos del país.

Las autoridades mexicanas se vieron entonces ante dos opciones: insistir en los proyectos de integración regional con socios igualmente endeudados y empobrecidos, o acoplarse a las tendencias dinámicas de la economía mundial, con polos diversificados en los Estados Unidos, Europa y la Cuenca del Pacífico.

Con un comercio exterior orientado abrumadoramente hacia el mundo industrializado, con la suerte de su economía de hecho en manos de sus acreedores externos, y con una posición geográfica por arriba de la línea ecuatoriana, la elección no fue difícil.

México fue a la cabeza en la negociación ordenada de la deuda externa, fue el primero en obtener una reestructuración, el primero en lograr una reducción de las tasas de interés, el primero en aprovechar el descuento en el mercado secundario.

Al mismo tiempo puso en marcha los ajustes internos habitualmente recomendados por los organismos internacionales de crédito: privatización de empresas públicas, control de la inflación, apertura de la economía.

Todo ello marcó sin embargo un progresivo distanciamiento del resto de América latina.

México desestimó la decisión del presidente Alan García de limitar el pago de la deuda peruana, y con un préstamo acudió en auxilio de la Argentina, cuando una casi segura declaración de moratoria amenazaba con perturbar sus propias negociaciones.

México impulsó el Consenso de Cartagena, donde los deudores de América latina buscaron pautas comunes para encarar sus respectivas negociaciones, y fue uno de los promotores del Grupo de los Ocho.

Pero siempre jugó en esos foros un papel moderador cada vez que las posiciones de los más radicalizados parecían llevar las cosas al borde de la ruptura con los países del norte, según dicen diplomáticos sudamericanos.

Cuando el año pasado un alto funcionario de la diplomacia mexicana criticó públicamente la decisión, respaldada por su país, de suspender a Panamá del Grupo de los Ocho en medio de su enfrentamiento con Washington, simplemente se quedó sin empleo.

El Grupo de los Ocho -que junto a México y al suspendido Panamá, integran la Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela- se formó a partir del llamado Grupo de Contadora, que durante años luchó por una paz negociada en América central.

Contadora, en el que México jugó un papel decisivo, sirvió de contención a las soluciones belicistas propuestas por el gobierno de Ronald Reagan, y provocó frecuentes rozamientos entre Washington y los mexicanos.

El gobierno estadounidense nunca pareció entender que México defendía con esa actitud sus propios intereses: una guerra generalizada en América central habría descargado sobre su territorio un aluvión de refugiados.

Durante una gira que realizó la semana pasada por América central, el canciller Solana dio virtualmente por concluido el papel de Contadora en la región.

“La solución de los problemas centroamericanos está ahora en manos de los propios centroamericanos”, dijo el viernes en Honduras.

La actitud de Solana refleja un nuevo tipo de relación entre México y los Estados Unidos, auspiciosamente iniciada con una reunión entre George Bush y Salinas en noviembre en Houston, cuando ambos no habían asumido todavía sus mandatos.

Los mexicanos acogieron como un signo alentador las declaraciones del secretario de estado James Baker y de otros funcionarios en el sentido de que México recibiría especial atención del nuevo gobierno.

Esperan además que el nutrido grupo de texanos que acompaña a Bush en la Casa Blanca contribuya -por lo que creen es su mejor comprensión de los asuntos mexicanos- a facilitar el diálogo entre los dos vecinos norteamericanos.

El otro foco de atención del gobierno de Salinas de Gortari se ubica al otro lado del océano, en Asia. “Abriremos nuevos y más amplios cauces de comunicación y relación con la Cuenca del Pacífico, en especial con Japón”, dijo el presidente en su mensaje inaugural en diciembre.

También aquí Salinas continúa una línea ya trazada por su predecesor. En abril, Miguel de la Madrid creó una comisión oficial encargada de promover los vínculos entre México y la cuenca.

Los analistas no ven posibilidades de un pronto reacercamiento de México con América latina.

“La asunción de Pérez en Venezuela y los probables triunfos electorales de Carlos Menem en Argentina y Leonel Brizola en Brasil indicarían un regreso al populismo en los grandes países de la región, con el que México poco tiene que ver”, dijo un comentarista.

Respecto de las relaciones con Japón, los analistas señalan que aunque las exportaciones mexicanas a ese país van en aumento, las inversiones niponas aquí cayeron en 1988 al cuarto lugar, detrás de los Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña.

“En los países endeudados no se puede recuperar la inversión, y debido a la inflación no se puede sacar dinero”, dijo recientemente aquí un alto funcionario comercial japonés. Pero consideró que la política económica de México era promisoria.

En cuanto a los Estados Unidos, el nuevo gobierno parece ver el problema de la deuda como una amenaza a la estabilidad social en México, y por consiguiente a su propia seguridad, y así puede esperarse que opte por darle un tratamiento político.

“Pero los Estados Unidos como país no representan una entidad homogénea, y lo que en un momento dado desea hacer el gobierno se topa y muchas veces se confronta con el Congreso, la opinión pública y diversos grupos de poder”, señaló en una reciente entrevista el analista Jorge Castañeda.

–Santiago González

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René Cardona (1905-1988)

Nota de archivoOriginalmente distribuida por la agencia Reuters.

MEXICO DF (Reuter) — René Cardona, el prolífico director, actor y productor que contribuyó a la difusión del cine mexicano en toda América latina, murió anoche en esta capital a los 82 años.

Hábil en la captación de temas populares y diestro en el manejo de un lenguaje cinematográfico sencillo pero eficaz, Cardona exploró ambientes y situaciones típicamente mexicanos y supo hacerlos atractivos a otros públicos del continente.

Su nombre se asocia a figuras legendarias de la pantalla local, como Pedro Infante, a quien descubrió e hizo debutar en el filme Jesusita en Chihuahua, María Félix y Jorge Negrete.

Cardona nació en La Habana el 8 de octubre de 1905, y en 1926 abandonó los estudios de medicina y se trasladó a los Estados Unidos, donde empezó a trabajar como actor en el cine mudo.

Apenas tres años después se hizo un lugar en la historia del cine como actor y director de Sombras habaneras, la primera película sonora grabada en Hollywood en castellano.

Decidió entonces venir a México, donde comenzó a trabajar como actor de teatro, en la compañía de Ernesto Vilches. Aquí se casó con Julieta Zacarías y adoptó la nacionalidad mexicana.

Debutó en el cine mexicano en 1932 haciendo el papel de villano junto a Tito Guizar en Allá en el Rancho Grande, una de las primeras películas locales que logró trascender las fronteras.

Entre 1937 y 1986 dirigió unas 140 películas, entre ellas Santa Claus, Los sobrevivientes de los Andes, Angel de infierno, El puma, La llorona, El globero, Carnaval en mi barrio, Adiós, mi chaparrita, y Don Juan Tenorio.

Su última producción fue La guerra de los pasteles, sobre un episodio de la historia de México.

Se lo considera además un precursor de las filmaciones submarinas mediante un sistema de protección de cámaras ideado por él, que empleó por primera vez en la película Un nuevo mundo.

Su filmografía incluye películas para niños como Pulgarcito, Robin Hood, y El pirata de 12 años.

Actualmente se encontraba escribiendo sus memorias. Cardona, que un mes atrás sufrió una caída que le produjo complicaciones, murió en un hospital de la ciudad como consecuencia de un paro respiratorio.

–SG

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El crimen de Níjar

Más de medio siglo después de la tragedia hallan a los protagonistas reales de Bodas de sangre

Nota de archivoTraducción de una nota escrita por un corresponsal de Reuter en España. Siempre me gustó el resultado.

NÍJAR, España (Reuter) — Ha pasado ya más de medio siglo, pero el tiempo no logró curar las heridas de dos campesinos andaluces, cuyos trágicos esponsales dieron tema a las Bodas de sangre de Federico García Lorca.

Paquita Cañada y Casimiro Pérez iban a casarse el 22 de julio de 1928. En la noche de su boda, mientras los invitados celebraban en la hacienda de su padre, Paquita huyó con su primo Francisco Montes.

Los emboscaron antes de llegar a la cercana aldea de Níjar. Francisco fue brutalmente asesinado y Paquita quedó tendida en el camino, estrangulada a medias, con sus lujos nupciales desgarrados y manchados de sangre.

La historia se incorporó al folklore del meridión español. Los campesinos de Níjar todavía recitan el romance del “crimen de Níjar”, que inspiró a García Lorca para escribir Bodas de sangre en 1933.

El novio desdeñado, Casimiro, que tiene ahora 82 años, se casó mucho tiempo después. Paquita, descastada por la vergüenza que arrojó sobre su familia, se recluyó y solamente volvió a hablar con una sobrina que la cuida en una casa solitaria.

Sentado en su terraza del pequeño villorrio de San José, frente al mar, Casimiro responde las inoportunas preguntas de los curiosos con monosílabos apenas audibles.

No, no quiere hablar sobre la boda. No, nunca leyó la obra ni oyó hablar de García Lorca, quien se crió entre los campesinos de Andalucía y fue asesinado en Granada por los fascistas al estallar la Guerra Civil de 1936-39.

“Ya se ha dicho todo”, responde secamente el hombre antes de volver la cabeza.

“La ruina cayó sobre todos ellos”, dice una vieja en lutos de viuda. Sus palabras reverberan en la abandonada hacienda de El Fraile, la finca más próspera de la región en la época del casamiento de Paquita.

“La gente se vino hasta El Fraile desde kilómetros a la redonda”, recuerda el tío Joaquín, un abuelo de 90 años, de hablar pausado, cuyos mortecinos ojos azules apenas si le permiten ver.

“Se mataron dos corderos para alimentar a los invitados, y las mujeres prepararon confites y almendras dulces y avellanas tostadas”, dice. “Las mesas estaban cubiertas de azahares, y de los sótanos trajeron el vino y el anís”.

Otro invitado a la boda, Lolo González, recuerda: “Paquita era francamente fea. Renqueaba y tenía los dientes para afuera, pero por eso mismo su padre le había asignado una dote que era envidia de toda muchacha de la parroquia”.

Joaquín dice que la pareja tuvo mala estrella desde el principio.

“El problema era que Paquita no estaba enamorada de Casimiro”, explica. “La boda fue concertada por su hermana mayor, Carmen, quien convenció a su cuñado de que debía casarse con Paquita para mantener en la familia las tierras de su dote”.

“Ya era pasada la medianoche cuando se vio que la novia había desaparecido”, dice el viejo. “La fiesta se alborotó, pero quienes sabían del amor de Paquita por su primo no dudaron de lo que había ocurrido”.

La leyenda asegura que fueron Carmen y su marido los que sorprendieron a los jóvenes amantes en su fuga. El esposo de Carmen fue a la cárcel por el crimen, aunque nunca confesó haberlo cometido.

La familia de Paquita abandonó El Fraile debido al escándalo. La otrora espléndida finca fue saqueada por los anarquistas durante la guerra civil y ahora yace en ruinas.

Pero por las rajaduras de las ventanas tapiadas puede verse una gran mesa de roble cubierta por un raído mantel, que probablemente sea el mismo usado para la fatal fiesta de bodas.

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