Las viejas fotografías del primer centenario de la Revolución de Mayo muestran como grandes protagonistas a imponentes personajes, con vestimentas de gala, sombreros de copa o cascos emplumados. El gran protagonista de los festejos del segundo centenario no fue el gobierno nacional, ni el gobierno de la ciudad, ni autoridades ni dignatarios de ningún tipo.
Las imágenes de este 2010 estarán dominadas por la gente común que imprevistamente, sin necesidad de caudillos ni de punteros, sin que hubiese que ir a buscarla a la casa, para su propia sorpresa y para la de todos, se lanzó masivamente a las calles con el único propósito de participar de la fiesta. De un centenario a otro, algo hemos progresado después de todo.
Sería aventurado afirmar que la movió el patriotismo –los frentes de las casas particulares no lucieron especialmente embanderados, los comercios no prepararon vidrieras alusivas como antaño–, pero sin duda el espíritu de la Patria, durante tanto tiempo ahogado por la mezquindad y la desdicha, aleteó como un ángel sobre quienes colmaron el centro de Buenos Aires. Continuar leyendo “Fiesta”

