En cierto modo resulta curiosa la situación de Mauricio Macri: convertido en campeón del antikirchnerismo sin haber pronunciado jamás una palabra belicosa respecto del oficialismo nacional. A decir verdad, fue el propio oficialismo el que lo colocó en ese lugar, convencido de que el líder del PRO representa cabalmente todo lo que el progresismo populista aborrece.
Creyó que con la simple y sonora consigna “Macri, basura, vos sos la dictadura”, proferida en bruto por las broncas gargantas de las marchas callejeras, pulida apenas por las voces engoladas de “gente de la cultura” como Mempo Giardinelli, el partido estaba ganado. Pero una cosa es el relato que construyen los medios (no sólo oficialistas) y otra muy distinta el temperamento público.
Respaldado por sus recientes éxitos electorales, Macri se ve presidente en el 2015. Podría haberlo sido ya mismo si no hubiera cedido a la parsimonia andina de Jaime Durán Barba, pero lo hecho, hecho está. Ahora, su primer dilema tiene que ver con la persona que ocupará la Casa Rosada durante los próximos cuatro años. ¿Le conviene mantenerse al margen, o marcar una preferencia? Continuar leyendo “Pro Duhalde”