El rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez, denunció haber sufrido el primer día de abril una maniobra de “secuestro virtual”, un tipo de delito en el que telefónicamente se reclama a la víctima rescate para devolver sano y salvo a un pariente cercano presuntamente secuestrado. El receptor del llamado no tiene manera de comprobar su veracidad y, acuciado por los nervios, paga lo que se le pide para comprobar más tarde, incluso con alivio, que todo había sido una farsa. Últimamente, y esto le ocurrió al rector Martínez, los delincuentes le suman credibilidad a la treta poniendo al teléfono a una persona que imita la voz del supuesto secuestrado. “Llamaron a la madrugada cuando yo estaba durmiendo”, contó Martínez a la radio Cadena 3. “Un hombre me dijo que tenía a mi hija secuestrada, y de fondo se escuchaban gritos y llantos de una chica que tenía la misma voz de mi hija, pensaba que era ella”. Efectivamente, los llamados se producen generalmente a altas horas de la noche, para aprovechar la vulnerabilidad de alguien que, apremiado entre el sueño y la vigilia, no alcanza a entender bien qué pasa ni a razonar con claridad. Martínez sugirió que los delincuentes habían hecho inteligencia previa sobre su persona: sabían que su hija no vivía con él y le indicaron con precisión dónde entregar el rescate. “Me dieron la descripción de la cortada cerca de casa, con cada detalle. Tenían una excelente información”, dijo el rector. Su caso, y el de otros que conocí antes, coinciden con una experiencia personal: hace semanas recibí un llamado similar, pero pude detectar la trampa a tiempo. Lo que me llamó la atención entonces fue la precisión con que era imitada la voz de la persona presuntamente secuestrada: si bien el tono de angustia empleado ayudaba a enmascarar deficiencias, ciertas inflexiones sólo podían ser utilizadas por alguien que contase con grabaciones de la voz original para preparar su imitación. Eso me hizo pensar que quienes ejercen esta modalidad delictiva son personas con habilidades y recursos como para interceptar conversaciones telefónicas y hacer trabajos de inteligencia sobre sus víctimas.
–S.G.
Solo quisiera saber cómo imitan la voz. Yo pase por esto y cien % era la voz de mi hija. ¿De dónde saben el tono de voz? ¡El mismo timbre! ¿Alguien tiene una explicación? ¿De dónde saben? ¿Lo escuchan? Se supone que ni siquiera estaban aquí, era otro estado, PERO LA VOZ ERA LA MISMA.
Si la voz está muy bien imitada es porque la escucharon antes, por contacto personal o por haber interferido su teléfono.