Arrojando nafta al fuego

No hay razón alguna por la que debamos pagar por la nafta y el gasoil mucho más que lo que se paga en el resto del mundo

Hay decisiones del actual gobierno que resultan a primera vista incomprensibles, y uno lamenta que nadie crea necesario tomarse la molestia de explicarlas. Pero hay otras, como el reciente aumento en el precio de los combustibles, que son francamente imperdonables, y uno se resiste a escuchar explicaciones porque sabe que no las hay: no hay razón alguna por la que debamos pagar por la nafta y el gasoil mucho más que lo que se paga en el resto del mundo. El gobierno aprueba este aumento, que inevitablemente se verá reflejado en los costos de todo lo que debe moverse de un lado a otro, cuando al mismo tiempo dice que pretende domar la inflación, reconoce tener dificultades para sujetarle la rienda, y sabe perfectamente que está perdiendo el favor popular precisamente porque la inflación no cede terreno. Autorizar un aumento injustificable en el precio de los combustibles es literalmente arrojar nafta al fuego inflacionario, y sobre este comportamiento autodestructivo sí sería interesante contar con una explicación.

“Yo estoy en Washington y acabo de cargar nafta súper a menos de 3 dólares el galón, lo que significa menos de 80 centavos de dólar por litro. A 17 pesos por litro en Argentina el precio es de 1,2 dólares, es decir, un 50 % más caro”, escribió en su blog el ex ministro de economía Domingo Cavallo. Llenar el tanque es hoy un drama para la vida personal de los argentinos pero, como anota el ex secretario de energía Alieto Guadagni, el principal problema no son las naftas, sino el gasoil. “Hoy un camionero argentino paga el gasoil un 60 por ciento más que un camionero chileno y un 20 por ciento más que un camionero brasileño. Esto implica una pérdida de competitividad para toda la producción”, dijo a la radio Cadena 3. Y agregó que representaba además un encarecimiento de costos para todo el interior del país. “Para una economía con geografía extendida como la nuestra, [este aumento] es mortal”, coincidió Cavallo.

“¿Cuánto vale un barril de petróleo puesto en el puerto? Más o menos 40 dólares. ¿Cuánto paga el consumidor argentino a las empresas petroleras? 67,50 dólares. Si uno hace la cuenta advierte que el subsidio que están recibiendo los productores petroleros es de unos 4.500 a 5.000 millones de dólares por año”, le dijo Guadagni al periodista Pablo Rossi. “Estamos hablando de casi un punto del PBI”. Un punto del PBI representa entre un 20 y un 25 por ciento del déficit fiscal, y al preservar el subsidio el gobierno no sólo pierde la oportunidad de reducir el principal motor de la inflación, sino que le inyecta combustible. “Yo creo que el gobierno está perdiendo la oportunidad de tener un ancla antiinflacionaria”, lamentó Guadagni.

Funcionarios del gobierno justificaron el aumento de los combustibles argumentando que iba en defensa de YPF, de las economías de las provincias petroleras y de los trabajadores del sector, pero Guadagni, con una larga experiencia en la administración pública, rechazó de plano esos argumentos. “YPF es importante, pero es el 40 por ciento. Y la mitad de YPF es estatal. Quiere decir que prácticamente el 80 por ciento de la producción está en manos de privados, especialmente de extranjeros. El argumento de YPF no me convence”, dijo en el mismo reportaje. Y describió como “pretextos” la invocación a las provincias o los trabajadores petroleros: “Las provincias petroleras representan el 14 por ciento de la población. Y los trabajadores no son muchos. Si usted divide los sobreprecios por la cantidad de trabajadores le da como cinco o seis millones de dólares. Son pretextos. Los verdaderos interesados [en el aumento de precios] no son los trabajadores ni las provincias petroleras, son las empresas productoras de petróleo, sus principales beneficiarios. Los productores de petróleo son YPF, Panamerican, Total. Son ésas las empresas.”

El ministro de energía Juan José Aranguren declaró lo más campante que los combustibles podrían seguir subiendo en el resto del año, pero tanto Guadagni como Cavallo coincidieron en recomendar que los precios sean congelados. “Habría que congelar el precio y esperar que el propio proceso inflacionario vaya absorbiendo el subsidio. Esa podría ser una solución. Pero es una situación insostenible”, dijo el ex secretario. “La incidencia en el costo de la vida de los combustibles es equivalente a las del gas, la electricidad y el transporte urbano”, observó Cavallo. “De manera que un congelamiento de los precios de los combustibles podría permitir que terminen de ajustarse gradualmente los precios de la electricidad, el gas y el transporte hasta terminar de eliminar los subsidios a las empresas prestadoras sin que el impacto sobre el índice de inflación sea mayor al que hoy producen los aumentos en los combustibles.”

El presidente Mauricio Macri suele jactarse de saber escuchar. Aquí tiene opiniones solventes y desinteresadas, de expertos que no tienen el menor interés en verlo fracasar, pero que ratifican lo que dice el sentido común del ciudadano menos avisado. Debería prestarles atención: las encuestadoras registran que su imagen se está deteriorando más aceleradamente en el conurbano bonaerense, el distrito cuyo voto lo llevó a la presidencia.

–Santiago González

Notas relacionadasEl ajuste asimétrico

Califique este artículo

Calificaciones: 3; promedio: 5.

Sea el primero en hacerlo.

2 opiniones en “Arrojando nafta al fuego”

  1. Tengo entendido que YPF está fuertemente endeudada (debe aproximadamente 9 mil millones de dólares). No sé si el especialista que usted cita está tomando eso en cuenta, o si hay otra forma de resolver el problema. Por suerte YPF no llegó a ser una caja como PDVSA, Petrobras, o Aerolíneas Argentinas.

    1. Según Guadagni, sólo el 20% del subsidio va a YPF. No habló del endeudamiento que usted menciona, pero en el reportaje citado dijo que “si se hubiera querido apoyar a YPF, para eso se inventaron los préstamos de fomento y los préstamos de desarrollo.”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *