«Sobre la cortesía, el asunto es bastante simple: en Mayo del 68 desarmamos (lo digo en primera persona porque yo estaba en ello) los elementos de la vida que nos cansaban o nos parecían enojosos —dile buen día a la señora, suénate la nariz, di gracias cuando te dan algo—, y consideramos muy ligeramente que eran superfluos. Eran cosas de adolescentes, porque eso éramos, cosas que molestaban a adolescentes y que ahora pasaron a ser costumbre y eso hace que los niños y los jóvenes ya no digan mucho buenos días por la mañana ni gracias. La cosa más notable hoy en día es que muchachones de 30 años ya no ceden el paso en la calle a una anciana, pero no es porque sean desagradables: es porque nadie se los dice. Y me doy cuenta de que hemos desarmado cosas que son esenciales para el funcionamiento de la sociedad, como la consideración hacia el otro. Nuestras sociedades habían codificado estos comportamientos, es lo que se llama cortesía, y la cortesía resultó ser mucho más importante de lo que creíamos, porque tiene que ver con las costumbres. Alguien dijo “prefiero un país de costumbres antes que un país de leyes”. No podemos hacer con las leyes lo que no hicimos con las costumbres. Hemos eliminado costumbres, hábitos de comportamiento. La cortesía es constructora de sociedad. Es funesto haberla dejado de lado.» –Marc Le Bris, docente y ensayista francés, entrevistado por Claudia Peiró en Infobae, 13 de mayo de 2018.