Heavy metal

El mensaje presidencial del domingo venía tan cargado de violencia que uno esperaba en cualquier momento el llamado a desenterrar el hacha de la guerra. Sin embargo la presidente se contuvo… justo en el límite. No llegó a reclamar el cinco por uno, pero en su discurso hubo reiteradas y peligrosas referencias a los fierros: habló de “fierros mediáticos” y de “fierros judiciales”. Nacido en el ambiente del hampa, el término fierro alude a las armas de fuego, y sugiere la posibilidad o la capacidad de ejercer un poder violento, de facto, sobre el otro, el que no tiene los fierros. Según la presidente, los fierros mediáticos y judiciales amenazan la voluntad popular, encarnada no en su gobierno inexistente ni en un Congreso que le responde a ciegas, sino en su propia persona. Este discurso heavy metal es peligroso porque su retórica callejera lo hace fácilmente comprensible, y porque incita inmediatamente a la acción aunque no lo diga con todas las letras. Si del otro lado nos amenazan con fierros, ¿con qué nos vamos a defender? Este discurso es peligroso porque su sencillez es absolutamente falaz. Ni la prensa ni la justicia tienen fierros, esto es la capacidad de ejercer un poder violento sobre el otro. Los medios cuentan apenas con el poder de mostrar y opinar; todo el poder de la justicia emana de la ley: jamás es un poder de facto sino de iure. En la Argentina de hoy, al contrario de lo sugerido por la presidente, todos los fierros están concentrados en el Poder Ejecutivo, que los usa cotidianamente para imponer sus decisiones arbitrarias sobre los ciudadanos. Y la única defensa de los ciudadanos reside justamente en la prensa y en la justicia. Para muchos, esto es más difícil de comprender que la mención presidencial de los fierros y la denuncia de sus presuntos portadores. La mandataria dedicó su mensaje a colocar a la justicia en el lugar del enemigo con una nitidez como nunca había empleado hasta ahora: hizo referencia a algunos malos jueces y a algunas malas cortes del pasado para impugnar implícitamente a todos los jueces y a la Corte del presente, instilando asociaciones tan falaces como rápidamente comprensibles y sumando indebidas presiones que apuntan a coaccionar al Poder Judicial. No desenterró el hacha de la guerra, pero ratificó las líneas de batalla de una épica imaginaria: de un lado su gobierno nacional y popular, del otro los sectores minoritarios del poder económico concentrado, armados ahora con los fierros de la prensa y la justicia. Sus seguidores ya sabían que Clarín era malo; el domingo se fueron de la Plaza convencidos de que los jueces son peores.

–S.G.

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2 opiniones en “Heavy metal”

  1. Reitero que comento su nota desde la observación de las repercusiones de “todo” en la vida cotidiana, de una ciudadana que hoy “ya” se siente degradada , esclava y obsecuente a una especie de acuerdo tácito impuesto y socialmente aceptado quizá por aquella resignación de la que hablé en algún momento. Lo cierto es que ayer creí no haber comprendido el discurso de la presidente, tal vez porque no me convenía comprenderlo; pero hoy al ver el título de su nota, al leer Heavy Metal sentí que un hilo de agua helada recorría mis venas, Gaucho estaba confirmando todo lo que ayer sentí a través de un discurso violento y con doble sentido; un “festejo” que mostraba odio,iras y hasta podía sentirse esa sensación de posibles asesinos del mañana (sólo hablo de una sensación). El exceso fue el protagonista y los derechos humanos quedaron en el lugar de extras para darle a la escena algo de real. La técnica discursiva de la presidente siempre fue clara, con contenidos no agresivos pero sí burlescos de todo aquello que no era compatible con su mandato, hasta incluso puntualmente dirigidos hacia ese alguien o algo y los finales siempre emocionales con lágrimas y exposición de frases esperanzadoras. Ahora Gaucho como siempre termina por darle luz a todo este aturdimiento, demasiada luz.. Lo que parecía confuso ahora está perfectamente explicado. La presidente habló de fierros, un sustantivo que se utiliza casi a diario para hablar de aquello de lo que el gobierno no quiere: la inseguridad, la delincuencia, la educación y la salud. Marco estos puntos porque son los que mi mente asocia con fierros. Y sí , completamente de acuerdo con ud, los fierros están concentrados en el Poder Ejecutivo desde hace rato y mientras consigue más y más adeptos extremistas con su discursiva “sencilla y falaz”, los que no tomamos postura pero sí esperamos lo mejor, ahora tenemos ese fierro en la sien lo que nos convierte en eso que describí al comienzo de mi comentario y que ud. profetizó de alguna manera en su nota anterior. Lo más penoso es que hoy al abrir el facebook noté que lo de ayer pasó desapercibido en lo que refiere a sentido, pero sí generó un exceso de violencia verbal y publicaciones amenazantes tales como “van a ver gorilas ahora se les termina la democracia”, entre otras más crueles y lastimosas. Y nuestra única defensa está siendo vulnerada también. Le dieron fin con fierro en mano a la educación pública, a la salud pública, y también enfierraron a toda una generación que ahora con paco y fierro a nadie le importa. Qué triste estoy. La esperanza de toda esperanza ayer expiró. Lejos de ser el futbol la más grande de las pasiones argentinas, ahora es una especie de guerra civil que se manifiesta a través del mundo virtual.
    Gracias por su aporte que siempre termina por aclarar el porqué de ciertas sensaciones y hacerme comprender todo aquello que se me hace confuso o quizá lo hagan confuso adrede.

    1. Comprendo sus sentimientos, pero me gustaría matizarlos un poco. Dice el dicho que siempre que llovió paró. Para volver a llover más tarde y a despejarse luego. Así es la historia, y también la vida privada. Cada época, cada momento, es el peor pero también el mejor, si los dolores que trae consigo anuncian el parto. Gracias por visitar este sitio.

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