Educación para el trabajo

«En su nivel de enseñanza básica –hasta la secundaria incluida- un buen sistema educativo debe apuntar a brindar los instrumentos para la formación de trabajadores y fortalecer su vínculo con el mundo de la producción. Pero debe educar también para el desarrollo de investigadores científicos, artistas, deportistas y profesionales de diversas disciplinas, comerciantes, empresarios, entre una ilimitada lista de posibilidades. (…) Educación para el trabajo no es sólo el entrenamiento para usar una máquina-herramienta o aprender a utilizar una determinada tecnología. Toda educación es educación para el trabajo. Enseñar y aprender a leer, a escribir y a realizar operaciones matemáticas es educar para el trabajo. Enseñar a pensar es educar para el trabajo. Lo es desde siempre, máxime hoy en lo que algunos denominan la sociedad del conocimiento. (…) Por momentos parece que hay una tendencia clara a una visión mercantil y utilitaria de la educación, saturada de tecnología. Así es como, lamentablemente, en los nuevos planes de estudios secundarios se reducen horas de las materias sociales y humanísticas. De la escuela deben egresar ciudadanos con competencias para el mundo del trabajo pero también con formación ética, cívica, artística, científica, tecnológica o deportiva que les garantice tanto vivir en sociedad como su desarrollo personal y profesional.» –Mario Giannoni, ex ministro de educación de la ciudad de Buenos Aires, en Clarín, 3 de febrero de 2018.

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