Unas 100 horas después de los incidentes ocurridos el miércoles en las inmediaciones del Congreso, integrantes de la sociedad civil —periodistas, militantes, simples ciudadanos— lograron identificar con recursos propios y comparativamente modestos, pero con aceptable precisión, el origen y la trayectoria del disparo de Gendarmería que hirió al fotógrafo Pablo Grillo. En el mismo lapso, ni las fuerzas de seguridad federales o locales, ni la justicia federal o local, ni los servicios de inteligencia federales, todos los cuales nos cuestan a los ciudadanos una fortuna en impuestos, lograron identificar a quienes incendiaron un vehículo policial en el marco de esos incidentes, pese a contar con recursos incomparablemente más vastos, incluido el acceso privilegiado a las cámaras de seguridad oficiales y privadas. Se diría que en el primer caso hubo voluntad de saber, y en el segundo voluntad de ignorar. –S.G.
Sobra la voluntad de ignorar. Por desgracia, no sólo entre los desquiciados “dirigentes” sino también en los que vivimos de un sueldito o de una jubilación.
Muy buena nota. Sentido común aplicado a la Argentina 2025