Vamos a la playa

Mientras en el Senado el gobierno libraba la batalla decisiva para obtener el control de los medios, media ciudad saturaba las autopistas de salida con la esperanza de pasar el fin de semana largo junto al mar.

Mientras en el Senado el gobierno libraba la batalla decisiva para obtener el control de los medios, media ciudad saturaba las autopistas de salida con la esperanza de pasar el fin de semana largo junto al mar.

La del viernes no fue la noche vibrante que desveló al país entero con el debate sobre las retenciones al agro. La gente siguió con indiferencia el largo enfrentamiento entre el gobierno y Clarín, y entendió que el asunto no le concernía. Ni el rabino Sergio Berman logró instalar la idea de que la libertad de prensa estaba en juego. Aunque lo estaba: basta con ver el regocijo de Mario Ishii, Ricardo Forster, Luis D’Elía y Hebe de Bonafini para comprobarlo. Ahora el asunto se traslada a la justicia, donde el Estado perderá juicios millonarios que pagaremos todos, en la persona de nuestros hijos y nuestros nietos, por las vías habituales: devaluaciones, impuestos aberrantes, confiscación de depósitos. De lo cual la prensa nos mantendrá tan mal informados como hasta ahora, distraída con los ladrones de gallinas mientras se están robando el gallinero.

–SG

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