The Matrix

Relatos y películas de ficción científica jugaron muchas veces con la idea de que el Sistema iba a implantar chips en el cerebro de los súbditos para manejarlos mejor. Pero el Sistema es mucho más inteligente: logró que el súbdito compre el chip, a veces con grandes sacrificios, pague un abono para mantenerlo conectado, y no lo lleve en el cerebro (una operación costosa e innecesaria) sino en un pequeño dispositivo que sostiene en la mano y consulta continuamente a la espera de órdenes que le llegan no con el áspero acento del dictador sino de manera discreta, sutil, encantadora.

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