Informes periodísticos recientes han documentado abundantemente las relaciones entre caracterizados hombres y mujeres de la cultura y el poder político, dando razón a lo que el público sospechaba desde hacía tiempo: los fervores progresistas elevan su temperatura al calor de un cheque emitido sobre fondos públicos.
Estas cosas, claro, socavan la credibilidad de esa gente entre el público, pero ellos quieren repicar e ir en la procesión. Quieren cobrar y que les sigan creyendo. Un buen día descubren que por las calles marchan otras columnas en dirección a otros palcos, con otras músicas y otros cantores, y entonces se enojan. Continuar leyendo “Progresismo en crisis, y IV”