La palabra verdadera

«Lo que hemos perdido, como sociedad, es la capacidad de producir una palabra verdadera. Les hemos quitado la licencia y la credibilidad para eso a todas las instancias. A fuerza de mentir descaradamente, se la hemos quitado al Gobierno. A fuerza de injustificadas demoras y la percepción de que los fallos se negocian, se la hemos quitado a la Justicia. Le hemos quitado esa licencia también al periodismo, engarzado en la lucha como un actor sospechado de no ser ecuánime, cualquiera que sea el lado en el que esté. Podríamos seguir buscando, pero, en síntesis, no hay nadie en la Argentina en condiciones de emitir una palabra verdadera sobre lo que nos ocurre. Sin una palabra cierta, sin un ancla, sin un espejo que fije los hechos, sin un registro en el cual creer, lo que ocurre queda librado a una flotación indiferenciada, a una guerra interpretativa, a una batalla dialéctica. Y produce en la población una desmoralización masiva. Dadme una palanca y os levantaré un mundo, sugería Arquímedes. Aquí podemos aplicar lo inverso: es la palanca de la verdad lo que ha desaparecido y lo que está derrumbando nuestro mundo.» –Enrique Valiente Noailles, en La Nación, 11-3-2015

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1 opinión en “La palabra verdadera”

  1. En la mayoría de sus afirmaciones coincido con el autor, pero creo que también él ha sido víctima de la subversión de valores en la Argentina.
    Si mal no recuerdo, Arquímides, en su célebre afirmación, pidió un punto de apoyo, para poder ejercer esa palanca. Tal vez lo traicionó el inconsciente colectivo del “país de la excepción”, donde todo se consigue con palanca.
    De nuevo, mis felicitaciones a Santiago González, por tan instructivo espacio.

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