Netflix mete miedo

Netflix, el popular distribuidor de películas digitalizadas, incorporó a su oferta un documental llamado Hasta la raíz (Root cause), en el que una persona dice ofrecer los resultados de una década de investigación gracias a la cual descubre que sus enfermedades crónicas eran consecuencia de las endodoncias que sus odontólogos le habían practicado en el pasado. La productora del filme lo describe así, tal como se lee en la International Movie Database (IMDB): “Root cause es un largometraje documental que presenta opiniones expertas de médicos y odontólogos mundiales de primera línea que exponen los verdaderos efectos que tienen sobre la salud los tratamientos de conducto. Root Cause … habrá de sacudir la profesión odontológica al exponer lo que quizás sea uno de los más grandes encubrimientos mundiales de la industria médica.” La historia en realidad es diferente y tal vez merezca el honor de  su propio documental. Su principal línea argumental (la endodoncia no logra eliminar por completo un rastro de bacterias que eventualmente pueden fermentar y diseminarse por todo el cuerpo) tiene casi un siglo de antigüedad, fue puesta en circulación por un reconocido odontólogo estadounidense llamado William Price pero nunca logró consenso entre la comunidad científica. A fines de los 90 la retomó George Mening, que se había hecho famoso como el dentista de las estrellas de Hollywood, y enseguida obtuvo el respaldo de otros profesionales unidos por un denominador común: todos recomiendan la extracción sin más trámite de las piezas enfermas. Y todos proponen la alternativa de las prótesis: puentes, postizos, implantes. ¿Alguien ve, como yo veo, algún propósito comercial en el documental de Netflix? La Sociedad Latinoamericana de Endodoncia, por lo menos, lo vio: “En este programa, algunos médicos y dentistas aparecen denigrando la especialidad de la endodoncia, sin bases ni evidencias científicas válidas”, dijo en una declaración. “Sabemos que todos tienen derecho a expresar su opinión; sin embargo, como acontece con frecuencia, esta clase de programas suele ir acompañada de algún interés comercial.” La Facultad de Odontología de la UBA señaló en un comunicado: “Si bien es cierto que la patología pulpar inflamatoria o infecciosa está provocada por bacterias, el tratamiento endodóntico, mediante la instrumentación y desinfección de los conductos radiculares, soluciona estas patologías. Millones de tratamientos endodónticos realizados en el mundo anualmente tienen un índice de éxito del 75 al 95% dependiendo de su diagnóstico previo, certificados por trabajos de rigor científico. Para el caso de los fallos endodónticos existe la alternativa del re-tratamiento de conducto o la cirugía apical, esta última con un 93 al 97% de éxito según investigaciones realizadas y publicadas en nuestra Facultad.” Pablo Rodríguez, decano de la facultad, profesor titular de endodoncia, y director de la carrera de especialización en esa rama, repudió en declaraciones periodísticas el hecho de que “una empresa comercial de entretenimientos, como Netflix, produzca un documental sobre la salud, con el único fin de generar miedo y dudas en toda la población sobre los procedimientos de endodoncia.” Me quedo con esas palabras: miedo y dudas. Se insertan en el contexto de las alarmas sobre las vacunas, o las recomendaciones sobre los partos caseros. El mecanismo es siempre el mismo: despojar a la gente de sus puntos de referencia confiables y sumirla en el desconcierto, el temor, la sospecha. El propósito también es siempre el mismo: debilitar a las personas, aislarlas, romper los vínculos con su sociedad, de modo de volverla indefensa, incapaz de hacer uso de su propio criterio, sin saber a quién recurrir, huérfana de una voz autorizada. Y aparecer entonces con la solución oportuna. Presentada con una sonrisa perfecta. –S.G.