El mensaje de Junín

Los violentos incidentes de Junín han transmitido un mensaje muy claro, emitido con la intención de que sea comprendido rápidamente y sin espacio para las dudas o las interpretaciones múltiples: es el mensaje de una facción que ha anunciado su propósito de ir por todo, y que quiere dejar en claro que no habrá de reparar en medios para conseguirlo, ni siquiera el de la violencia. No le ha temblado la mano para avasallar el Congreso, y obtener mediante la flagrante violación de normas y costumbres la aprobación de las leyes que se le antojan, no le ha temblado la mano para embestir contra la prensa independiente mientras acrecienta día a día la constelación de medios adictos, no le tiembla la mano para lanzar un paquete de proyectos legales tendientes a someter la justicia a su arbitrio y privar al ciudadano del recurso último para defenderse del estado: el derecho de amparo. En Junín ha advertido que no le temblará la mano para sojuzgar a cualquiera que exhiba la más mínima indocilidad en el territorio donde sabe se librará la madre de todas las batallas, donde se decidirá su suerte. Fue un mensaje para el intendente radical de Junín, orientado a acotar sus movimientos frente a las próximas elecciones; fue también un mensaje para el gobernador de la provincia de Buenos Aires, ya sometido a la asfixia financiera, para que reconsidere la idea de perseguir un proyecto político propio. El resto de los intendentes bonaerenses, igualmente sometidos a los continuos ultrajes del delito, saben desde este fin de semana que fuegos como los de Junín pueden estallar en sus calles, según sea el alineamiento que proyecten para las legislativas de octubre. La mafia que se fue apoderando del país desde el último cuarto del siglo pasado hace política con la violencia y la muerte. Verdaderos ejércitos de matones a sueldo, mercenarios que se entrenan domingo a domingo en los estadios de fútbol, junto a grupos de choque reclutados tras consignas ideológicas o sociales, aparecen en escena cada vez que se trata de dirimir cuestiones de poder. Herederos funcionales de los grupos de tareas de la dictadura, han devenido en herramienta de las distintas facciones peronistas. Los hemos visto actuar en los saqueos que precipitaron la salida del presidente Raúl Alfonsín, en los asesinatos que acompañaron la renuncia de Fernando de la Rúa, en los ataques que acabaron con las vidas de Maximiliano Kosteki, Darío Santillán, y Mariano Ferreyra, en decenas de violentos episodios provinciales como el ocurrido en el 2011 en el Ingenio Ledesma en Jujuy, en los saqueos de diciembre de 2012, en los mil y un incidentes armados protagonizados por facciones gremiales. La memoria del lector podrá prolongar esta lista casi hasta el infinito. Ahora los hemos visto en Junín: los han visto azorados los propios juninenses, exasperados primero por la muerte de una de sus jóvenes en otro asalto más; aterrorizados después por el accionar organizado, violento, desmedido, de grupos nunca vistos de encapuchados; incrédulos finalmente, al comprobar que la prensa oficialista describía ese horror como una “pueblada” y los convertía en cómplices de los atropellos. Es probable que volvamos a verlos otra vez, con creciente frecuencia, a medida que se acerque la fecha electoral. La facción que hace cualquier cosa para controlar la legislatura, la justicia y los medios, no va a tener miramientos para controlar la calle, el espacio último de libertad. La billetera ya no le alcanza como en el pasado, ahora deberá hacerlo a puñetazos, a molotovs, a tiros llegado el caso.

–S.G.

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7 opiniones en “El mensaje de Junín”

  1. Los sucesos de Junín se muestran demasiado desnudos – y elementales, pobres – para su capacidad de análisis. Su análisis, que comparto totalmente, ya es una especie de alerta… Porque ya está todo a la vista: van por todo y… por todos. No porque persigan una idea de nación, sino por lo que cabría denominar una “vocación”. La vocación de dominio, de superioridad, de monopolio, de controlarlo todo (y a todos y a todas) es una tendencia raigal que se abre paso de manera oportunista, echando mano a cualquier procedimiento y a cualquier proceder y discurso que le convenga. Una especie de “rosismo” que ni desaparece ni se transforma: se disfraza y continúa hacia adelante, sin mirar atrás ni a los costados, y “porque sí”… La vacuidad de los discursos de Cristina y sus zánganos, la sorprendente desvalorización de las palabras a la que se han (ellos ante todo) acostumbrado, la serie de torpezas económicas indisimulables que acumulan, y, ahora, los sucesos de Junín (que demuestran que los grupos de penetración – La Cámpora, Kolina, etc., etc. – están muy desarrollados), me parece que indican que el conflicto entre la oligarquía capitalista K (¿alguien más “capitalista”, en el peor sentido de la palabra, que este grupito y sus satélites?) y los focos de resistencia un tanto incoordinados que se le oponen, está llegando a un nivel muy alto que nos aleja mucho de cualquier aspiración a la convivencia social y a la interacción productiva. Quizás, si el gobernador de Bs. As. se “confederara” con los muchos gobernadores perjudicados por los expolios y los aprietes y les hiciese frente; algo así complementado por más 8N y una reacción viril de lo mejor en la Justicia, y reacciones por el estilo… Pero ¿estoy soñando, no? ¿Qué pasará? Tiene que haber sorpresas positivas en el camino, como la oportuna elección de Bergoglio (un “insubordinado”) como Papa, ¡nada menos que Papa!
    Sus análisis son muy esclarecedores Santiago. Esperamos el próximo.
    Gracias

    1. Elisa Carrió dijo hace poco que, pensando racionalmente, la Argentina no tiene futuro. Pero que si la gente se decide a resistir en defensa de la República, un milagro es posible. Tal vez la llegada del cardenal Bergoglio al trono eminente del catolicismo nos devuelva desde los balcones de San Pedro una imagen de nosotros mismos más digna, más sobria, que la que recibimos desde los balcones de la Casa Rosada. Tal vez Francisco, cuyo nombre recuerda que la fuerza no está reñida con la serenidad ni con la humildad, nos señale con el ejemplo el camino de ese milagro que nos debemos. Gracias, Enrique, por visitar este sitio.

  2. Tal cual Ud. lo indica, tengo una amiga en Junín que empezó a escribir espantada en el Facebook, cuando a media mañana le pidieron retirar a sus chicos del colegio, los propios habitantes de la ciudad no entendían qué pasaba, comentaban que los avenidos preguntaban en dónde quedaba la plaza del pueblo…, esos que se infiltraron entre quienes se manifestaban pacíficamente. Que Dios nos ampare.

    1. Los testimonios sobre la participación activa de elementos kirchneristas en los disturbios, que incluyeron el incendio de una biblioteca, se acumularon con el correr de las horas. Creo que no tenían la intención de ocultarlo, al contrario.

  3. Lo más asombroso es la ceguera voluntario de mucha gente que opta por desestimar y mirar para otro lado cuando estos temas salen a la luz. Parecen ignorar los claros hilos que conectan todas las cosas que pasan. Dicen aborrecer los 90s pero viven en la misma fantasía de antaño, la de negar la realidad y vivir en una autosugestión y autoconvencimiento de turba. Estar en contra de los 90s, del Pro, de campo y etc.. les hace creerse dueños de la verdad y la justicia, como buscando y necesitando excusas para digerir los atropellos que suceden y ejecutan los gobernantes. Se retroalimentan entre ellos para ratificar que tienen la razón y que están del bando “ganador”. Se creen revolucionarios pero no son más que filas de martillos (como los de The Wall) dándole poder a gente de la peor ética y moral.

    Pero lo que es peor es el entramado que estos Villanos (con mayúscula) están tejiendo. Además de toda esa gente de choque, reclutada en los ámbitos más turbios y entrenadas en canchas y operativos delictivos, tenemos a los de “guante blanco”, que vendrían a ser los de La Cámpora y otras agrupaciones que se están enquistando en lugares y empresas clave… el resultado será que de no ganar el actual “modelo” estos vándalos se encargarán de usar sus ubicaciones para desestabilizar o hacer ingobernable al electo de turno.

    Lo que es claro es que los argentinos no aprendemos más y tropezamos siempre con la misma piedra… nos la disfrazan de otra cosa, pero la piedra es exactamente la misma.

    1. Usted lo ha dicho: la piedra es siempre la misma. Elisa Carrió acaba de identificarla con nombre y apellido: “El PJ ha sido una tragedia para el país, y el radicalismo su cómplice”, dijo.

    2. Su próxima conquista serán los aeropuertos, ya están los Camporitas encuestando a ver cuánto gastamos y están metiendo fichas en Aduana…

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