La barbarie

Sobrecogedor testimonio de incultura, falta de sentido estético y urbanístico, ignorancia de la historia y desprecio por la gente y su barrio, esta foto de la tradicional Villa Roccatagliata, en Coghlan, abrumada por la mole de un Godzilla de cemento que amenaza con aplastarla, resume lo que el PRO ha hecho y está haciendo con la ciudad cuyo gobierno le fue confiado hace una década. Es cierto que no han sido los primeros: desde la década de 1960, la especulación inmobiliaria, con la complicidad de intendentes y concejos deliberantes, comenzó a desfigurar la silueta arquitectónica porteña erigiendo conejeras inhabitables, casi siempre feas y de mala calidad, y arrasando para ello con barrios enteros, justamente los que lucían las residencias de estilo más valiosas (como el de Belgrano, de cuyos caserones de tejas sólo nos queda noticia en la letra de un tango). Pero los sucesivos gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, lejos de poner fin al festival de irregularidades que caracterizó a sus predecesores, han exacerbado esa especulación en acuerdo con sus opositores kirchneristas. La anunciada reforma al Código Urbanístico va en la misma dirección: desconocimiento del valor y obsesión por el precio. Los vecinos de Coghlan pretendían que la Villa Roccatagliata, construcción icónica del barrio, quedara rodeada por un parque público que asegurara además la perspectiva necesaria para valorizar su perfil. Pero prevaleció la barbarie del lucro inmediato. Véanse, en lo que hasta ahora había sido una zona residencial de casas bajas, las alturas de los edificios que rodean la escena, uno en construcción por detrás, otro flamante a la derecha, e incluso el que facilitó al reportero Ricardo Pristupluk el punto de vista adecuado para esta excelente fotografía que publicó La Nación. –S.G.