La Argentina que muere

«Hay algo que me entristece mucho de la Argentina y es que para mí este país siempre ha sido un referente. Recuerdo viajar 12 horas y encontrarme con una ciudad “europea”. La calle Florida, antes de la guerra de las Malvinas: la gente se paraba a discutir, había debates, era un foro. Y hablaban de política, de fútbol, de economía. Era una ciudad griega, romana, europea, francesa. Magnífica en ese sentido. Y yo a esa ciudad la he admirado mucho, la caminé por sus librerías. Y yo a esa Argentina la amaba. Pero esa Argentina acogedora, culta, tierna, inteligente, viva, rápida, divertida… muere. ¡La estoy viendo morir! Veo cómo la cultura se repliega, veo cómo poco a poco el argentino está renegando de lo que le dio prestigio, que es justamente esa argentinidad mezcla de cultura, de humanidad, de sociabilidad, y me da mucha tristeza. Ojo, a lo mejor la Argentina que nace es otra mejor, ahí no me meto, no la estoy criticando, pero ésa, la Argentina que yo admiré, está muriendo. Vengo todos los años y me da pena ver que poco a poco va desapareciendo ese argentino tolerante, culto, hablador, culto incluso en lo popular, en el parque, en el colectivo, en los bares. Te dejaba fascinado conversar con uno de ellos, tenían una brillantez… Pero ahora están todos tensos, encabronados, me da mucha pena. Las librerías desaparecen; a los niños no se les explica en los colegios la memoria. Está desapareciendo la historia de los colegios.» –Arturo Pérez-Reverte, entrevistado por Pablo Calvo para la revista Viva, 1 de julio de 2018.

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