Una frazadita para Forster

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La periodista Silvia Mercado ha escrito en Infobae una curiosa nota sobre el flamante Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. El artículo es a la vez encomioso y lapidario. Según Mercado, Ricardo Forster es autor de una “larga obra filosófica, erudita y poéticamente escrita” cuya “pluma exquisita desborda un sentimiento de derrota, una inconmensurable pérdida de la esperanza revolucionaria” pero que al mismo tiempo enciende la “llama del entusiasmo a la espera del héroe” que reviva los sueños emancipatorios. “Su aporte, redondea Mercado supongo que con fina ironía, es filosófico mesiánico –el héroe llegó y se llama Kirchner– y bellamente poético –el regreso de la esperanza emancipadora en la larga travesía de la Argentina como Nación.” Sin embargo, dice la autora, Forster no tiene los antecedentes necesarios para su nuevo cargo: “En su larga obra filosófica, erudita y poéticamente escrita, no hay citas de autores argentinos. Definitivamente, no sólo no es un cultor de los pensadores nacionales y populares, sino que en la biblioteca de su casa no existen libros de Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, ni José Hernández Arregui. Mucho menos de José María Rosa”. Para peor, dice Mercado, Forster no tiene experiencia en la política partidaria, ni tuvo que lidiar nunca con los peronistas, y está “palmariamente descolgado” de la realidad argentina. La columnista sugiere que, políticamente, Forster es un desvalido papanatas, a quien “por supuesto no le gusta el nombre del cargo que fue creado para él” pero que no lo va a decir, y a quien le esperan peores experiencias que la de soportar ese título: “En la boa constrictora que es el peronismo cuando gobierna, esa fuerza que lo deglute todo, hacen cola para divertirse con él y hacerlo equivocar.” Mercado pone tanta ternura en su retrato de Forster que dan ganas de salir a protegerlo, y arroparlo con una frazadita. El retrato, sin embargo, no le hace justicia: la bibliografía de Forster lo muestra como alguien familiarizado con la tradición judía y que incluso ha escrito y no poco acerca del judaísmo. Ese conocimiento tal vez no le asegure cintura política, y en ese sentido la frazadita puede serle útil para que no lo hagan equivocar, pero en cambio lo habilita muy bien para sus nuevas funciones: los supuestos mismos detrás de la idea de un pensamiento nacional, de un ser nacional, de un pueblo como sujeto colectivo, cuya historia es el cumplimiento en el tiempo de un destino trascendente, con los ingredientes de redención y mesianismo que, como dice Mercado, también están presentes en el pensamiento de Forster, esos supuestos nacen en Jerusalén y se introducen en la cultura occidental a través del judaísmo y el cristianismo. Esos supuestos están detrás de todos los trágicos proyectos de ingeniería social, detrás de todas las coordinaciones estratégicas que conoció el siglo XX, incluída la utopía marxista que desvela a Forster. En la Argentina, fueron autores católicos los que introdujeron las ideas de ser nacional y pensamiento nacional en la cultura política, y esa literatura alimentó a los ideólogos de la guerrilla montonera. –S.G.

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3 opiniones en “Una frazadita para Forster”

  1. Estoy de acuerdo con el giro que le imprime usted a las consideraciones sobre Forster. Visto desde afuera y teniendo en cuenta que éste gobierno está en la recta final, el cargo para Forster parece ser mero simbolismo, en el peor sentido de la palabra: cosmética, disfraz y fiesta para una presidente que está – políticamente – desnuda y para una élite del poder que sabe (porque todos los datos emergentes lo informan con más o menos vigor, pero inequívocamente) que “han sido descubiertos…”.
    En éste final de juego, el cargo para Forster no es, sospecho, otra cosa que un premio. ¡Y bien que se lo merece! Un tipo con su preparación, haberse deslumbrado con Néstor Kirchner como para elevarlo a la categoría de héroe nacional, mesías con un Nuevo Evangelio Nacional (léase su ensayo sobre el héroe) y haberles ofrendado a Ellos, una tras otra y año tras año, esas logorreicas “cartas abiertas” que pronto no van a servir ni como documentos de una época; un intelectual faldero, un servil, un ejemplar perfecto de aquello que J. Benda denominó “la traición de los intelectuales”; un hombre así ¿no se merece un premio? ¿Un premio antes de que todo se disipe…? ¿Antes de que la Fiesta nacional y Popular se acabe y haya que comenzar de nuevo, sin rumbo a la vista salvo que sea el de recuperar, al menos, algo de la inteligencia y la dignidad que se perdieron durante la Década Desperdiciada?
    Forster perdió la distancia, y con ella la perspectiva. Que le haya pasado a un Víctor Hugo, es más comprensible; pero suponíamos que R. Forster estaba preparado para más, y para mejor… Hay cierto infantilismo en su conducta. Juega un juego – en su fantasía – que ya no juega nadie, porque lleva – ya lo sabemos – al fracaso. El también, como los K, se quedó en el tiempo…

    1. Vaya a saber qué opera en la cabeza de ciertos intelectuales cuando están cerca del poder. Lo mismo pasó con José Feinmann. Desde fuera de la corporación intelectual no hay dudas: o son traidores al oficio, o nunca fueron tan relevantes como se nos hizo creer. Llaman la atención los esfuerzos por redimir a Forster desde dentro de la corpo: el de Silvia Mercado en Infobae, luego el de Adrián Gorelik en La Nación.

      1. Sospecho que son razones del corazón que trascienden las creencias: deslumbramientos, enamoramientos; todo contra un fondo de intensa fobia a cualquier cosa que huela a liberalismo, como la democracia institucional. La arremetida de los K contra las instituciones los fascinó; y eso revela en ellos una estructura de personalidad autoritaria; un anhelo de Autoridad, de Jefatura. Feinmann llegó a decir en público, hace un año, que la visita de Cristina al flamante Papa argentino, era para “apoderarse de Francisco” (!). Fueron los días en que alabó su sentadera (¡qué idiota!), y nos acusó a los hombres que no sintonizamos con Ella de ser despechados ante una mujer inalcanzable… ¿Se volvió estúpido de golpe? No: sintonizó por primera vez en su vida.
        Éste proceso – un nuevo y fallido Proceso de Reorganización Nacional, esta vez a favor de una nueva oligarquía – está desnudándolo todo.
        Es una ordalía. Muchos estamos azorados por esta montaña de mediocridad brillante, erosionada y en estado de implosión; pero no estamos seguros de que, sobre sus restos, se inicie un proceso de aprendizaje.
        Gracias por su respuesta.

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