La estupidez anticientífica

“[Hay] buenas condiciones para estudiar ciencia pero hay también una gran resistencia a la ciencia, porque se ha difundido la idea de que es maléfica, que no es benéfica. Se confunde la ciencia con la técnica y se cree que todos los tecnólogos se ocupan de diseñar armas, venenos, municiones, cuando solamente los que hacen tecnología militar se encargan de eso. Esa falsa idea vino esta vez no de la derecha sino de la izquierda, en particular de los movimientos estudiantiles de los años 60 en Berkley y en París, donde lanzaron esos infundios. Y fueron apoyados por pseudo marxistas y marxistas auténticos que no entienden la diferencia entre ciencia, que es la búsqueda de la verdad, y técnica, que es el diseño de artefactos, buenos o malos. Ha habido un movimiento anticientificista, sobre todo en Argentina. El cientificismo, que antes era una buena palabra, se ha convertido en un insulto. Se ha difundido mucho un librito de Oscar Varsavsky1 que es de lectura obligatoria en muchos cursos de la Universidad de Buenos Aires, incluso en cursos de ingreso. Les arruinan el cerebro desde el arranque, los predisponen contra la búsqueda de la verdad. Les dicen que la verdad no existe, que la ciencia está al servicio de los monopolios y una cantidad de estupideces más. Estupideces muy dañinas que alejan. Las únicas que no se dejan engañar hoy en día son las chicas que están enrolándose en carreras científicas en número creciente. Y en muchas facultades ya hay mayoría de mujeres.” –Mario Bunge, entrevistado por Marcelo Pasetti, 4-10-2014.

  1. “Ciencia, política y cientificismo” –N. del E. []

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