El enigma

Tras las elecciones legislativas, Néstor Kirchner tiene su destino sellado, Julio Cobos y Carlos Reutemann son los mejor posicionados para aspirar a la presidencia, y el futuro de Macri es todavía un enigma.

macri

Quienes siguen las notas de gaucho malo tuvieron el domingo una velada sin sorpresas. Los resultados de las elecciones legislativas arrojaron un saldo político bastante conforme con el que trazamos dos meses antes para el escenario nacional en Hacia el 2011 por el 2009 y dos semanas antes para la capital federal en Desplazamientos.

En la ciudad de Buenos Aires se produjo el anticipado corrimiento del electorado hacia la izquierda, con un desempeño del PRO exitoso pero inferior a lo esperado por el partido y a lo augurado por las encuestas, y con Fernando Solanas como beneficiario último de todo el desplazamiento. Elisa Carrió fue la que menos votos pudo retener en esa movida, como previó uno de nuestros lectores.

En el ámbito nacional, Julio Cobos y Carlos Reutemann emergieron como las figuras mejor posicionadas para avanzar con sus aspiraciones presidenciales, y ahora atraen las miradas de las dos grandes estructuras políticas del país, el radicalismo y el peronismo. Carrió necesitará tiempo para sanar sus heridas, y el gran enigma es ahora el camino que seguirá Mauricio Macri.

Pero conviene detenerse antes en el también previsto fracaso del kirchnerismo. Excepto en algunos escasos bolsones de complicadas lealtades, como la provincia de Tucumán o el municipio bonaerense de Florencio Varela, el gobierno sufrió un duro castigo del electorado que debería interpretar como un llamado al diálogo y al entendimiento, a la unidad y al respeto por el otro.

Seguramente debido a una lectura equivocada del temperamento nacional en esta primera década del siglo XXI, el kirchnerismo dilapidó en extemporáneos gestos ideológicos el enorme capital de buena voluntad que acompañó inicialmente su llegada. También dilapidó en caprichosas maniobras económicas un momento internacional singularmente favorable para el país.

Néstor Kirchner tiene por delante dos caminos: admitir su derrota, llamarse a silencio, retirarse a su provincia y dejar gobernar a la presidente electa (y hasta podríamos tener una buena sorpresa) o, cegado por la furia que lo acometió el domingo, apelar a cualquier recurso en los seis meses que restan hasta la asunción de las nuevas legislaturas con la idea de intentar un retorno imposible.

Tan imposible como la continuidad de su liderazgo en el Partido Justicialista. El peronismo tiene por delante un proceso de reorganización que debe conducir hacia la designación de nuevas autoridades y  la selección de un candidato para las elecciones presidenciales que, esperemos, deberán celebrarse en octubre del 2011.

Las miradas de los peronistas confluyen sobre Carlos Reutemann.

En este aspecto, las miradas de los peronistas confluyen como dijimos sobre Reutemann, que salió airoso en Santa Fe de una dura liza con el socialismo. Aunque magra a primera vista, esa victoria es muy importante: esta vez todos los votos recibidos le pertenecen, porque en Santa Fe ya no rige la ley de lemas que otrora le habría permitido sumar los cosechados por Agustín Rossi.

Si el kirchnerismo ya es un mal recuerdo en el campo peronista, el otrora poderoso alfonsinismo bonaerense también se ha convertido en artículo de museo en el ámbito radical. Margarita Stolbizer quedó tercera azotada por una enconada e innecesaria polarización del voto, pero pudo lucir el domingo una sonrisa ganadora: había triunfado sobre unas encuestas que unánimemente la condenaban.

Y el abrumador triunfo de los seguidores de Julio Cobos en Mendoza, una de las mayores victorias obtenidas el domingo, confirma al actual vicepresidente como el mejor posicionado para encabezar la fórmula del radicalismo en el 2011. Carrió se ilusionaba con ocupar ese lugar, pero su tercer puesto en la capital le obliga a replantear su papel en el panradicalismo.

El Acuerdo Cívico y Social se convirtió después de esta elección en la segunda mínoría en las cámaras legislativas, y es cierto que el mérito de este desempeño le corresponde a Carrió, pero también le corresponde a Gerardo Morales que desde hace años viene luchando inteligentemente por sacar al radicalismo del pozo donde lo había sepultado la frustrada experiencia de la Alianza.

El futuro de Elisa Carrió se resolvió de la peor manera para ella.

En nuestro análisis de hace dos meses preveíamos un futuro difícil para Carrió y para Macri. El de la primera se resolvió de la peor manera para ella, y posiblemente el líder del PRO haya tenido razón cuando dijo que la ciudadanía había castigado en Carrió lo mismo que castigó en Kirchner: el tono apocalíptico, la descalificación del adversario.

“Se siente, se siente, Mauricio presidente”, coreaban alborozados los seguidores del PRO el domingo por la noche. En la sede de campaña se repartieron remeras con las leyendas “De Narváez gobernador” y “Mauricio presidente”. El primero ratificó de viva voz esa pretensión, el segundo guardó silencio, porque su futuro es un enigma.

Macri ha logrado hasta ahora un triunfo ejecutivo en la capital, por sus propios medios, y un triunfo legislativo en la provincia de Buenos Aires, con el apoyo financiero de De Narváez y el respaldo político del peronismo. Son avances sólidos, graduales, y bien construidos, pero difíciles de replicar a nivel nacional en escasos dos años como para respaldar una aspiración a la presidencia.

Para lograrlo tendría que concitar tras de sí el apoyo del peronismo en todo el país, pero allí está Reutemann, respaldado por los gobernadores del peronismo federal. Como dijo el “Pato” Fernando Galmarini, los peronistas se reconocen entre sí con sólo mirarse a los ojos, y en esa prueba de fuego el ex piloto de Fórmula Uno le lleva ventaja al ex presidente del club de la ribera.

Los peronistas se reconocen entre sí con solo mirarse a los ojos.

Si Macri tiene los objetivos claros y regula convenientemente sus ambiciones, sus próximos pasos apuntarán a consolidar su posición en la capital federal, ganar con De Narváez la gobernación de Buenos Aires, y avanzar en la construcción de su espacio en el interior del país, en asociación con el peronismo, según lo imagina él, y probablemente algunos amigos suyos como Ramón Puerta.

Pero es difícil imaginar a los peronistas, si es que los hay, dispuestos a reemplazar la querida marchita de Hugo del Carril por los triunfales acordes de We are the champions, o el  guarango retumbar de los bombos por el ritmo festivo al estilo YMCA que suele impregnar las veladas felices de los seguidores de Macri.

Además está Eduardo Duhalde. El ex presidente quedó muy enojado con De Narváez por la manera como depuró las listas y eliminó colectoras en perjuicio de sus seguidores, y tanto él como su esposa Hilda desaparecieron de la escena política en las semanas previas a la elección. Tal vez no sea más que un mal humor pasajero, o tal vez tema ver al peronismo absorbido en las filas del PRO.

Si De Narváez logra explicar sus decisiones al estratega de Lomas de Zamora, probablemente no encuentre mayores dificultades para avanzar con respaldo peronista hacia la casa que hoy ocupa Daniel Scioli, enfrentado a un calvario político para recuperarse de una derrota en la que nunca debió haberse involucrado. Pero si Duhalde sigue enojado, las cosas se le pueden complicar al “colorado”.

Queda por considerar el caso de “Pino” Solanas, que no sólo se alzó con los votos de los progresistas desencantados con Carrió sino que atrajo el respaldo de buena parte de los peronistas de la capital, para quienes Carlos Heller no superó la prueba de la mirada que mencionaba Galmarini. Solanas también anunció aspiraciones presidenciales para el 2011.

Las elecciones legislativas del 28 de junio dejaron otros resultados, que no tienen que ver con lo partidario. Presentaron un margen muy elevado de ausentismo, lo que indica que las heridas del 2001 y el resentimiento de la sociedad con la política aun no han cicatrizado.

La participación electoral fue menor, pero de mejor calidad.

Pero también tuvieron un trámite normal, sin denuncias de violencia o fraude, y los resultados fueron presentados en forma rápida y sin manipulaciones. Esto eleva la calidad institucional, y refleja un mayor grado de compromiso ciudadano. La participación fue menor, pero de mejor calidad.

Fueron asimismo elecciones desprovistas de contenido, sin propuestas, extremadamente personalizadas, y con extremos de banalización y degradación, por parte de algunos candidatos,  de sus propias figuras y de lo que representan, algo que bien podrían evitar en el futuro.

También fueron elecciones donde los partidos políticos no tuvieron intervención alguna en la confección de listas y selección de candidatos. Los ahora llamados “espacios”, término que parece no conllevar ninguna de las obligaciones que supone la construcción de un partido, tienen dos años por delante para institucionalizarse, en beneficio de la democracia y la república.

–Santiago González


[importante color=blue title=”Notas relacionadas”]Desplazamientos.
Hacia el 2011 por el 2009.[/importante]

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3 opiniones en “El enigma”

  1. Según mi opinión el escenario político a futuro va a ser éste:

    – Para el Radicalismo el candidato claro, como dice la nota, es Cobos, aunque para mí deberá mostrarse más a la ciudadanía en general. En Mendoza lo quieren y en el resto del país apoyaron su actitud con la 125 pero lo ven como “flojito”. A pesar de ayudar al campo con esa decisión, los que hoy están más cerca del agro son Macri y Solá.

    – Para el Justicialismo veo dos frentes que se definirán en estos dos años. Primero el de Reutemann que goza de carisma pero, como en el caso de Cobos, no mucho más y deberá mostrarse un poco más a nivel nacional. El segundo frente, y para mí el más claro, es el de Macri-Solá. Solá, a pesar de las bromas por no aparecer en las propagandas, es la pieza clave, es el lazo entre el Pro y el aparato y los intendentes justicialistas. Los peronistas actúan siempre igual y se encolumnan detrás del ganador y el que más oportunidad de controlar el poder tiene. Macri quiere ir él como presidente, y sospecho, no verse absorbido por el PJ aunque necesita de Solá para lograrlo. Por lo tanto creo que las 2 fórmulas que se presentarán del PJ van a ser Reutemann-XXXX y Macri-Solá.

    Saludos!

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