Cuándo y dónde nació Cristo

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  2. Cuándo y dónde nació Cristo
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Nota de archivoOriginalmente publicada con ligeras variantes en el desaparecido sitio en castellano de CNN.

La tradición dice que Jesucristo nació en un pesebre de Belén, en la noche del 24 al 25 de diciembre, hace tantos años cuantos marca el calendario. Pero esta convención tan extensamente arraigada se sustenta más en la fe que en la certidumbre histórica.

La cronología cristiana se apoya en los cálculos de un teólogo y astrónomo del siglo VI llamado Dionisio el Exiguo, quien llegó a la conclusión de que Cristo había nacido el 25 de diciembre del año 753 a contar desde la fundación de Roma, y consideró el año siguiente como el primero de nuestra era.

“Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la fecha exacta, aunque se admite comunmente que el monje Dionisio el Exiguo cometió un error cuando en el año 533 propuso calcular los años que habían transcurrido desde el nacimiento de Jesucristo”, dijo el papa Juan Pablo II en un documento sobre el asunto.

Ciertamente, las referencias evangélicas acerca del momento histórico del nacimiento de Cristo no sólo no respaldan las estimaciones de Dionisio, sino que además son contradictorias entre sí.

San Mateo dice que Jesús nació en Belén de Judea “en tiempos del rey Herodes”, cuya muerte se produjo en el año 4 antes de nuestra era, mientras que San Lucas relaciona el nacimiento con la realización de un censo ordenado por Roma y ejecutado por un tal Cirino, gobernador de Siria, probablemente entre los años 8 y 6 antes de nuestra era.

Los estudiosos explican que estas imprecisiones acerca del nacimiento de Cristo se deben a que los evangelistas estaban más preocupados por transmitir las enseñanzas del maestro que por trazar su biografía.

Las referencias a la infancia fueron agregadas posteriormente, cuando los fieles quisieron conocer más sobre la vida de aquél a quien seguían, y abundan en los llamados Evangelios Apócrifos, no reconocidos por el canon.

Los historiadores dan como seguro que Jesús nació durante el período de la llamada pax romana, bajo el imperio de Augusto, y admiten como probable que su llegada al mundo se haya producido durante el reinado de Herodes, como dice San Mateo.

Vale decir que Cristo nació entre cinco y siete años antes de la “era cristiana”.

Si la determinación del año del nacimiento de Jesús es confusa por las contradicciones de los evangelistas y por la compleja reconciliación de los diferentes calendarios vigentes en la época, la fecha del 25 de diciembre es decididamente arbitraria.

San Lucas, al referirse a las circunstancias del alumbramiento, cuenta que “había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño”.

Al respecto, los estudiosos señalan que las temperaturas del lugar sólo permitirían dormir a la intemperie en un lapso que, como mucho, se extendería de marzo a noviembre. Para el 25 de diciembre, el promedio histórico está cercano a los tres grados bajo cero.

Al parecer, y como se verá en detalle en otra nota de esta serie, la fecha del 25 de diciembre fue adoptada hacia mediados del siglo IV, más bien para integrarla con otra celebración de raíz pagana en uno de muchos casos de sincretismo religioso.

Otra controversia surge a propósito del lugar geográfico donde se produjo el nacimiento.

La referencia evangélica a Belén parece responder, según ciertos eruditos, a la necesidad de afirmar el carácter de Mesías atribuido a Cristo, en respuesta a profecías como la de Miqueas: “De tí [Belén] me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel”.

Para esos mismos eruditos, no tiene sentido que José haya emprendido el viaje de Nazaret a Belén con su esposa encinta para someterse a un censo orientado a la recaudación de impuestos, que más probablemente habría querido registrarlo en su lugar de residencia y no en el de su origen familiar.

Y, por fin, también el sitio preciso del alumbramiento es fuente de discrepancias.

San Lucas habla de un pesebre. La mayoría de los Apócrifos mencionan una gruta, así como el asno y el buey, todos elementos tomados de la tradición pagana oriental: la gruta, vientre y centro del mundo; el buey, símbolo de la sumisión y del mundo celeste; el asno, símbolo del mundo inferior.

–Santiago González

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