Conversando con una experta en educación, con altas responsabilidades en la formación de docentes, le hago notar que los pobres resultados obtenidos parecen reclamar una revisión de los presupuestos básicos que orientan la escuela normal. Prefiere ignorar la referencia a los resultados pero insiste enfáticamente en que la teoría es buena, y me recomienda bibliografía para convencerme de su bondad. Ojalá nunca le toque volar en un avión diseñado con el mismo criterio.