Gloria y honor para los 44 tripulantes del ARA San Juan, cuya vocación por custodiar nuestros mares desde la profundidad sólo se explica por el amor a la Patria. Ellos seguirán eternamente vigilantes del Atlántico sur desde su destino final, y su sacrificio, como el de todos los que dieron su vida por construir la Argentina y mantenerla erguida, habrá de pedirnos cuentas eternamente.
Gaucho Malo