“Palabras mágicas”

Mercedes Moncada, una nicaragüense que nació en España y vive en México, tenía ocho años cuando los revolucionarios sandinistas derrocaron a Anastasio Somoza en 1979. Esa revolución dejó huellas definitivas en Nicaragua y en ella misma, que vivió allí hasta los 18. “Marcó mi vida, yo soy parte y fruto, entre otras cosas, de la Revolución –dijo Moncada en un reportaje–. Pero muchas cosas pasaron después, y una de ellas es que crecí y que intenté aprender a discernir.” Necesitaba conciliar la euforia optimista, esperanzada, vital de aquel “día cero”, como ella lo denomina, con la historia posterior de su país. Buscó entonces un espacio en su carrera de cinematografista para ajustar cuentas con la historia. “Palabras mágicas es mi perspectiva emocional sobre la revolución nicaragüense”, declaró. Su película se apoya sobre una recopilación de fragmentos filmados que se remontan a los años de Anastasio Somoza y llegan hasta la actualidad (2012). El montaje, que respeta la técnica, el color y el paso original de cada fragmento, lo que hace que la imagen cambie continuamente de calidad y dimensión, subraya su condición de testimonio histórico. En su gran mayoría los fragmentos reflejan escenas de masas, y los protagonistas aparecen poco y nada. Sobre esas imágenes, la voz de la directora que recuerda, describe, narra, interpreta. En esa voz de suave acento mexicano y cadencia casi salmódica, se revela sin embargo todo el registro emocional al que alude la directora, y que va desde la nostalgia a la decepción y de la amargura al escepticismo. Su película documenta un fracaso más del populismo latinoamericano, y muestra que el principal enemigo de los pueblos, antes y ahora, no es el imperialismo ni la oligarquía sino la corrupción. La historia aquí contada comienza con la corrupción de Somoza, pasa por el “día cero”, y termina con la corrupción de Daniel Ortega, entonces líder de la promesa revolucionaria y ahora presidente de una trama mafiosa. Los pueblos parecen condenados a un eterno retorno de la desgracia y la frustración. “Cuando las personas no encontramos las referencias correctas, no podemos caminar en línea recta –dice la voz de Moncada hacia el final del filme–. Caminamos en círculos, sin parar. Aunque pensemos que avanzamos, regresamos siempre al mismo punto.” El título completo del documental de Moncada es “Palabras mágicas (para romper un encantamiento)”. La directora sugiere que es necesario relatar la historia si se quiere escapar a la condena de repetirla. A pesar de estar haciendo cine, desde el título privilegia la palabra. “Hasta los encantamientos más poderosos encuentran su fuerza en el pacto hecho en lo oscuro, en lo secreto, en lo innombrado –dice–. Se empiezan a desvanecer, quedando inútiles, cuando se habla de ellos, cuando se convierten en palabras pronunciadas y escuchadas.” Seguramente por un error de programación, este documental que le calza como un guante al populismo argentino, fue difundido esta semana por uno de los canales oficiales. –S.G.

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