Mal don

El gobierno argentino nunca debió haber decidido la donación de más de un millón de dólares a la fundación papal Scholas Ocurrentes. No sabemos si la suma le fue sugerida por las autoridades de la fundación como gesto de buena voluntad hacia el Pontífice, o si fue imaginada por funcionarios del gobierno con el mismo propósito. En el primer caso, estaríamos en presencia de una mal disimulada extorsión, en el segundo en un evidente intento de soborno. En cualquier caso, el principal problema consiste en que la suma es exagerada y se presta a suspicacias. El gobierno argentino nunca debió haber decidido esa donación, pero lo hizo, y el Papa nunca debió haberla aceptado, y eso fue lo que hizo. Estos son los hechos, el resto es comidilla de columnistas y correveidiles. Otros hechos inevitablemente derivados de los anteriores son que el gobierno argentino quedó desairado y el Vaticano apareció como agente de ese desaire, en una relación entre ambos estados que no termina de despejarse. Sus respectivas cabezas tendrían aquí una oportunidad para la colaboración: aclarar dónde nació esta mala idea y decírselo a la gente. Pero no lo van a hacer.1–S.G.

  1. Finalmente lo hicieron, aunque de manera indirecta, a través de la prensa. Según lo sabido, el episodio se pareció más a una extorsión de los responsables locales de Scholas, José María del Corral y Enrique Palmeyro. El gobierno argentino dio a entender que ellos habían sugerido la cifra ofrecida en donación. El Vaticano hizo saber que el propio Papa amonestó por el episodio a Del Corral y Palmeyro, y les advirtió sobre los peligros de “resbalar en la corrupción”. Ambos personajes están activamente comprometidos, además, en la lucrativa búsqueda de patrocinantes para un extravagante partido de fútbol “por la paz”, por realizarse en la ciudad de La Plata invocando el nombre del Pontífice. El Papa repudió también esa iniciativa. (Nota del 16-6-16) []

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