Las empresas farmacéuticas

“Las empresas farmacéuticas se preocupan principalmente de los beneficios, los dividendos, los accionistas y los sueldos de sus ejecutivos. Venden un producto. No deberíamos esperar que les importasen los pacientes. Tenemos que entender esto y sospechar de sus intenciones. Cuanto más puedan vender enfermedades, más beneficios tendrán. […] Si hay una cosa que mejoraría la vida del paciente sería controlar a las empresas farmacéuticas y su marketing engañoso. Ya pasó con la industria del tabaco, debería pasar lo mismo con las farmacéuticas. Esta industria controlaba el mundo. El 65% de la población fumaba. Dominaban a políticos, la publicidad; parecían un Goliat invencible. Pero un pequeño grupo de personas educó a la gente. Y el índice de fumadores ha bajado hasta ser el 20%. Posiblemente una campaña para reducir el sobrediagnóstico tenga el mismo efecto. Tengo esperanza de que el varapalo para las grandes farmacéuticas sea igual que el de las grandes tabaqueras. Ahora hay más muertos debidos a los productos de las compañías farmacéuticas que a los cárteles de la droga. Muchas más sobredosis por narcóticos de prescripción médica y fármacos contra la ansiedad que por cocaína o heroína. Situaciones como éstas no pueden continuar. Mi esperanza es que David venza a Goliat. [Las grandes farmacéuticas] han actuado con egoísmo y han hecho muy poco por los pacientes. Los nuevos fármacos que han introducido no son más eficaces que los que ya había y además tienen efectos secundarios diferentes, pero aún problemáticos. La mayor parte de la investigación de la industria se dedica a […] ampliar la vida de las patentes. Y además se gasta el doble en marketing e influencia política que en investigación. Es una hoja de servicios penosa.” –Allen Frances, psiquiatra, Universidad de Durham.

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