Educando a Mauricio (y a Sergio)

Mauricio Macri atravesó una semana de intenso aprendizaje, distinto de todo lo conocido en su experiencia como jefe de gobierno porteño, y tuvo un atisbo de lo que le espera si alcanza la presidencia de la Nación. Las presiones que debió soportar para que llegara a un acuerdo con Sergio Massa y le ofreciera la candidatura a la gobernación de Buenos Aires fueron de una intensidad inédita para el jefe del PRO, pero no diferentes de las que soporta cualquier presidente en ejercicio cuando el establishment (los poderes fácticos, la mafia) quiere salirse con la suya: presiones mediáticas (titulares, columnas de opinión, los ubicuos encuestadores), volatilidad de los “mercados” (qué fácil resulta producirla, ¿se fijó?), llamados, gestos, sugerencias de propios y ajenos, y la agobiante presencia de los asesores, cada uno con su interpretación y su hoja de ruta. Para el viernes, Macri ya no daba más, y empezó a ponerse molesto con los periodistas que le hacían una y otra vez la misma pregunta, como si no creyeran en su reiterada afirmación de que no habría acuerdo con Massa. “Si me llama le digo que no” y “Ya tengo una candidata que es María Eugenia Vidal” habían sido sus expresiones más contundentes. Pero no era que los periodistas no entendieran, eran parte del juego de las presiones, que siguió hasta la noche del viernes, cuando Francisco de Narváez retiró su candidatura a la gobernación bonaerense “para facilitar un acuerdo” que todas las partes involucradas daban por muerto, y se prolongó en la madrugada del sábado con titulares en los diarios que siguen hablando de la posibilidad de un entendimiento y con De Narváez declarando a una radio que Macri se había inclinado por preservar la “pureza” porque estaba seguro de perder contra el oficialismo. Esta curiosa manera de “facilitar un acuerdo”, sólo se explica por la irritación que domina al “colorado” desde que se dio cuenta de que estaba frente a una nueva frustración política, y por su vieja inquina contra el jefe de gobierno porteño.

Si ésta fue una semana de lecciones para Macri, es justo reconocer que aprobó los exámenes. El candidato se encontraba frente a una de esas opciones que no son claras y sencillas: si acordaba con Massa, se le iba a reprochar inconsecuencia en los principios; y si no acordaba, se le iba a reprochar, como está ocurriendo, debilitar sus chances de un triunfo electoral. Efectivamente, el PRO no tiene un candidato fuerte en la decisiva provincia de Buenos Aires. La decisión de Macri, sin embargo, puede verse bajo otra luz: para el electorado que quiere continuidad, lo que haga o deje de hacer Macri es irrelevante; para el electorado que desea un cambio, la afirmación de coherencia en los principios, la demostración de que no se los va a “flexibilizar” simplemente por un cálculo electoral, es un dato relevante, especialmente entre los indecisos que ven en Macri el estigma de su pertenencia al mundo del dinero. Va a ser más apreciada por ellos la disposición a correr un riesgo, que la disposición a lograr acuerdos con cualquiera. Esto es lo que no entienden, o mejor dicho sí entienden pero no les importa, las figuras del poder económico que estuvieron presionando a Macri durante toda la semana. No se comprende bien para qué, porque a ellos les da lo mismo Daniel Scioli que Macri o Massa. Parece más bien una cuestión financiera: como si les diera rabia haber invertido tanto en el experimento Massa, y buscaran la manera de sacar de ello algún rédito. El mundo del dinero tiene una lógica distinta del mundo de la política. “El «círculo rojo» no entiende y vive pifiando los diagnósticos: la gente quiere un cambio”, insistió Macri.

Lo que Macri no dijo, sin embargo, es si está dispuesto a aceptar que su postulante Vidal participe en una interna con un Massa candidato a gobernador. Este puede ser el tema de la semana entrante, cuando el intendente de Tigre sea quien deba rendir examen.

–Santiago González

Tres definicionesLuego de publicada esta nota se conocieron estas definiciones de altos dirigentes peronistas:

  • “Creemos que María Eugenia Vidal tiene que ser candidata en una interna en donde el Frente Renovador, con Sergio Massa, dispute la candidatura a gobernador” –Francisco de Narváez
  • “La gente lo ve [a Massa] como candidato a gobernador y a Mauricio [Macri] presidente” –Carlos Reutemann
  • “En el acuerdo con Macri, que no me cuenten, porque yo no quiero volver al país de los 90” –José Manuel de la Sota

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