Un aviso publicitario propone una “leche divertida” para los chicos. Esos chicos van a recibir después una educación divertida, y mamá y papá se van a ocupar de que su infancia y adolescencia sean también divertidas. Cuando tenga que hacerse cargo de su vida en el mundo real no lo va a encontrar tan divertido, y entonces va a necesitar las pastillitas de éxtasis para seguir divirtiéndose, para no darse cuenta o para ocultarse el hecho de que son otros los que se están divirtiendo con él, como lo hicieron siempre.