Desplazamientos

En el electorado de la capital federal parece haber un desplazamiento hacia la izquierda que perjudica al PRO y beneficia a Pino Solanas.

Pino Solanas

El inesperado espacio ganado por Fernando “Pino” Solanas en la capital federal con vistas a las elecciones legislativas del 28 de junio parece anunciar un reacomodamiento electoral en un distrito que tradicionalmente se ha sentido más identificado con la franja centroizquierdista del espectro político que con la “clase ejecutiva” de Mauricio Macri.

En esta hipótesis, el PRO debería ceder una parte del respaldo acumulado en la última elección en favor de su vecino en el espectro, el Acuerdo Cívico y Social, que a su vez y por otras razones perdería parte de su caudal a manos de Proyecto Sur, que encabeza Solanas. El PRO quedaría así como perdedor neto de votantes, y Proyecto Sur como el mayor beneficiario del supuesto corrimiento.

La perspectiva que aquí exponemos contradice lo que afirman en general las encuestas y los análisis de la prensa. Pero merece ser examinada con atención a fin de encontrar las razones que podrían dar cierta verosimilitud a este supuesto desplazamiento de la opinión en la ciudadanía de la capital, el distrito menos rígido a la hora de expresarse en las urnas.

En primer lugar digamos que el votante porteño distingue claramente una elección legislativa de una elección donde se ponen en juego cargos ejecutivos. La elección legislativa es vista como una oportunidad para afianzar el control sobre el ejecutivo, para hacerle sentir un “aliento en la nuca” que le obligue a redoblar esfuerzos y a vigilar sus prácticas.

Por conveniencia compartida, el oficialismo y el PRO-peronismo han convertido la campaña en la provincia de Buenos Aires, no en una disputa legislativa sino en un simulacro de contienda por el ejecutivo. El oficialismo directamente propone la fórmula Kirchner-Scioli, y el PRO-peronismo invoca el “voto útil” para alinear voluntades detrás de sus candidatos.

El votante de la capital sabe que, a la hora de recomponer las legislaturas, cualquier voto opositor al oficialismo es un “voto útil” para los desafectos con el gobierno de turno, ya que el objetivo central es privarlo de cómodas mayorías. La invocación al “voto útil” es una trampa cazabobos, que en la provincia sólo habrá de beneficiar al peronismo en su conjunto.

La vinculación con el macrismo es más bien contractual que ideológica o afectiva.

Puestos a elegir entre redoblar el apoyo a Macri, que ya lo tiene de sobra, o ponerle controles y acicates, muchos votantes de la capital probablemente opten por lo segundo. Especialmente porque la naturaleza de su vinculación con el macrismo es más bien de índole contractual con una administración eficiente que ideológica o afectiva con una corriente política

Ideológica y afectivamente, el votante de la capital se inclinó tradicionalmente por la centroizquierda. Pero cuando la sonora incompetencia, los contratos poco claros, la claudicación ante las mafias sindicales, se tradujeron en escuelas derruidas, calles intransitables, inundaciones y basura por doquier, la ideología cedió paso a la demanda de eficacia.

Me parece que el PRO se equivoca al creer que ha logrado establecer ese vínculo ideológico y afectivo con los ciudadanos, que ha cautivado su voluntad política al punto de reducir la campaña al nombre de Gabriela Michetti acompañado por la tecla “play”, sin molestarse en agregarle contenido de ninguna especie. El votante de la capital prefiere ejecutar su propia música.

El PRO también se equivoca si piensa que su asociación con el peronismo bonaerense no va a tener impacto en su base de votantes en la capital, para muchos de los cuales algunos nombres que se encolumnan detrás de Francisco de Narváez son causa de irritantes escozores y sarpullidos. Sin embargo, el PRO puso en un aviso publicitario a De Narváez junto a Michetti.

La supuesta devoción por Michetti por lo menos da que pensar.

La devoción que, según dicen las encuestas y los medios, despierta Michetti entre los capitalinos,  por lo menos da que pensar. Los contribuyentes del distrito no olvidan que en la elección que la llevó a la vicejefatura de gobierno, Michetti empeñó una y otra vez su palabra para asegurar que no habría aumento de impuestos, lo que ocurrió tan pronto asumió el cargo.

Naturalmente, quien votó a Macri en busca de eficacia en la administración de la ciudad y ahora quiere ponerle controles, no irá muy lejos a buscarlos: contiguo en el espectro político se encuentra el Acuerdo Cívico y Social, cuya dirigente más conspicua, Elisa Carrió, es el símbolo mismo del control de la gestión. Esos sufragios irán al ACyS.

No debe olvidarse, por otro lado, que el Acuerdo incluye al radicalismo de la capital, en cuyo ánimo late todavía con fuerza la emoción republicana que afloró durante el sepelio del ex presidente Raúl Alfonsín, y que busca denodadamente la manera de revivir su identidad y sus banderas tras la debacle de la Alianza. Estos radicales votarán ahora por el ACyS.

Si la tecla “play” simboliza la campaña del PRO, al Acuerdo Cívico lo define la tecla “mute”

Si la campaña del PRO queda simbolizada por esa tecla “play” que invita al ciudadano a darle el voto sin hacer preguntas, la campaña del ACyS quedaría mejor representada por la tecla “mute”, porque el cuarteto que aparece sonriente en los carteles proselitistas no se ha caracterizado precisamente por la elocuencia.

Carrió alerta correctamente sobre el hecho de que la polarización electoral en torno del kirchnerismo y del PRO peronismo tiende a resolver una interna del justicialismo, orientada a dirimir quiénes van a dirigir el partido y cuáles serán las figuras mejor posicionadas para aspirar a la presidencia en el 2011. Los que están hartos de esta jugarreta votarán asimismo por el ACyS.

Pero Carrió emplea para sus denuncias un tono cada vez más pronunciado de señora gorda que engolosina a los antiperonistas pero espanta a los progresistas que alguna vez pusieron sus ojos en la dirigente chaqueña, tanto como los espanta la figura de Alfonso Prat Gay y su sugerencia de volver a trabar relaciones con el Fondo Monetario Internacional.

¿Y donde van a ir a buscar alternativas esos progresistas que alguna vez dieron fuerza y sustancia al ARI, la primera sigla prohijada por Carrió? Naturalmente, dirigirán sus cabalgaduras hacia las vecinas tolderías de “Pino” Solanas que, como dijimos, se convertiría en el beneficiario último de todo este desplazamiento.

Solanas construyó su lugar sobre la base de tres o cuatro temas claramente planteados.

Si Solanas logró posicionarse como tercera fuerza en la disputa capitalina, prácticamente sin hacer campaña, puede ser un indicio de que ese desplazamiento efectivamente se está produciendo. Pero también comprueba cómo el electorado porteño es sensible a las propuestas ideológicas, especialmente cuando se corresponden con el más elemental sentido común.

El cinematografista construyó su lugar sobre la base de tres o cuatro temas claros y distintos: la protección de los glaciares y la prohibición de la minería contaminante a cielo abierto, la recuperación de la red ferroviaria, la creación de una flota mercante, y el rescate para el estado nacional de la renta minera y petrolera.

Expuso esos temas, que nada tienen que ver con “lo que le importa a los vecinos” en los términos del macrismo, y lo hizo con claridad, sencillez, y con números en la mano. La gente tomó nota, y el progresismo militante de la capital encontró cómo encauzar su “voto útil” para neutralizar la dispersión que tradicionalmente distinguió a esa franja del electorado.

Mucha de la fragmentada izquierda catequística conforma el resto de la oferta electoral en la capital argentina, junto al caso singular del candidato oficialista Carlos Heller, quien no rechaza la descripción mediática de banquero comunista. Una contradicción tan difícil de resolver como si se hablase de un monárquico republicano. O de un progresista kirchnerista.

–Santiago González


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4 opiniones en “Desplazamientos”

  1. Es rídiculo el desplazamiento hacia un candidato que no presentó una sola idea clara ni plataforma para la elección, me refiero a Pino; lo peor, lo más bajo es la bandera de los recursos naturales Carrió la viene defendiendo hace años, más años que los que Pino es un genuflexo siervo del gobierno.

    1. A juzgar por lo que dicen las encuestas el desplazamiento es un hecho, y cada uno puede describirlo como le parezca. Ninguna persona que conozca la historia de Solanas puede describirlo como “siervo genuflexo” de nadie. Se puede o no compartir el marco ideológico de sus propuestas, y personalmente no lo comparto; lo que no se puede es descalificar a alguien livianamente. No todos son iguales. Gracias por su comentario.

  2. Hola,

    Muy buena nota y entretenida. Yo personalmente pienso que la coalición cívica/UCR es la que va a tener menos votos. El macrismo perderá sí varios votantes por las razones que explicás en la nota, pero yo creo que van a ir más a Pino que a Prat Gay y Carrió. La gente está un poco cansada de Carrió y creo que Pino está cubriendo mucho mejor ese espectro electoral que ella. Además, la campaña de Pino para el Tren para Todos tuvo mucha repercusión y difusión, sobre todo en Internet. Esa campaña dejó su marca, sobre todo en los votantes jóvenes. Saludos!

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