Compatible con un papelón

Aún las instancias más serias de la vida pública argentina terminan en un papelón. El anuncio oficial emitido el 27 de diciembre acerca de la salud de la presidente Cristina Kirchner fue recibido con lógica sorpresa y preocupación en el país y alrededor del mundo, tal como quedó reflejado en los titulares de los diarios y los mensajes solidarios de mandatarios extranjeros. “Se detectó la existencia de un carcinoma papilar en la glándula tiroides”, dijo ese día el vocero presidencial. La prensa tradujo rápidamente: “La presidente tiene cáncer de tiroides”. Esto fue lo que entendió, correctamente, todo el mundo.

Una semana después, y luego de una operación quirúrgica en la que se extirpó la glándula, el diagnóstico inicial fue revertido y el carcinoma papilar dejó paso a unos inofensivos adenomas foliculares. Este giro sorprendente de las cosas abrió lo que el dirigente socialista Hermes Binner, quien además es médico, describió como “un margen de sospecha que preocupa”. Los medios se poblaron de análisis, unos dedicados a revisar los procedimientos médicos, otros a escudriñar las comunicaciones gubernamentales. Ni los médicos ni los voceros oficiales salieron bien parados. El gobierno optó por hacer público el diagnóstico inicial: allí se lee claramente que en una de las muestras extraídas de la glándula presidencial se advertía una “citología compatible con carcinoma papilar de células foliculares”. Traduciendo el lenguaje del laboratorio, “citología compatible con” quiere decir células que parecen, o tienen la forma de, un carcinoma papilar. A diferencia de la comunicación oficial construída a partir de este diagnóstico, los patólogos intervinientes no hacen ninguna afirmación taxativa: simplemente dejan constancia de un alto grado de sospecha.

Ese mensaje con el que se anunció publicamente la enfermedad de la presidente, que fue tan elogiado en su momento por su precisión y su franqueza, encerraba en realidad un error de apreciación que acabaría por poner innecesariamente en tela de juicio, ante propios y extraños, tanto la credibilidad del estado nacional como la clase de cuidados que brinda el país a su primer magistrado, y la solvencia en general de la ciencia médica argentina. En la base de este papelón no hubo un error de diagnóstico sino un error de comunicación. Ahora sería cuestión de determinar si se trató efectivamente de un error atribuible a la incompetencia de quienes comunican los asuntos oficiales, o de un ejercicio deliberado para sumar dramatismo a la situación y apartar la atención pública de los dolorosos ajustes neoliberales en marcha,  imprescindibles para proteger al pueblo del neoliberalismo. Otro papelón.

–Santiago González

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4 opiniones en “Compatible con un papelón”

  1. Con tanto recorte de subsidios a la clase trabajadora, el llorar por “él” dificilmente le habría aportado mucha simpatía pública. Como somos “Argentina, un país de buena gente”, dejando de lado a los exaltados de siempre, la mayor parte del país habrá si no esperado con ansiedad las noticias de una operación exitosa, al menos bajado los guantes hasta tanto la presidente estuviera nuevamente en condiciones de recibir los merecidos puñetazos. Así las cosas, no parece más que otra vulgar manipulación del pueblo argentino. Algo así como un “chori emocional”.

    1. El gobierno monopolizó toda la información relacionada con la enfermedad de la presidente, de modo que el “error” o la manipulación le corresponden por entero a la Unidad Médica Presidencial y la Secretaría de Comunicación Pública. Ambas oficinas guardan silencio desde hace varios días.

  2. Me parece que los sujetos que se ocupan de “comunicar” a este Gobierno con la población venian muy cebados con la invención de verdades paralelas y pasados coherentes y quedaron atrapados en lo que creo es un intento más por evitar en la tapa de los diarios realidades que golpean, tanto a la poblacion como a los funcionarios nacionales. Claro que me refiero a la “casualidad” del día en que se anunció con bombos y platillos el “cáncer” de la Sra. Presidente. En la victimización que se viene realizando de la figura de la Presidente desde fines de octubre de 2010 este no es más que otro paso. Antes de las elecciones primarias tambien hubo anuncios de “tragedias” familiares con el fin (al menos así me parece) de generar simpatías hacia la figura de Cristina Kirchner. El Facsimil dice “compatible”, pero el afán por tapar la denuncia por el departamento millonario de Puerto Madero les hizo cometer un error tremendo. Uno imagina que en un país normal este papelon se llevaría consigo algunos cuantos funcionarios y médicos de la Presidencia, pero viviendo en Argentina imagino en breve un acto de reasunción con Cadena Nacional y sin mencionar ni una palabra de todo lo que aconteció desde el 27 de diciembre hasta hoy.
    Saludos

    1. Mientras tanto, en el mismo plan de desviar la atención del ajuste en marcha, los molinetes del subte sirven para que la bronca popular no se descargue toda junta contra el gobierno cuando comiencen a llegar las boletas de servicios sin subsidios. Mauricio Macri le hizo este pequeño servicio al Frente para la Victoria, ayudado ahora por Lubertino (la legisladora que invita a violar la ley), Sabatella y otras comparsas del kirchnerismo, más el inestimable aporte de los sindicatos trotskistas.

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