«Otra forma de operar de los británicos … es el apoyo a los movimientos secesionistas indigenistas que se centran en el Mapuche y el Quom en la Patagonia y en el Chaco respectivamente. El primero que con bandera propia busca formar un Estado dentro del Estado Argentino tiene su sede central en Gran Bretaña. El segundo desarrolla una política de expulsión mediante la intimidación de los pobladores criollos patrocinada y dirigida por pastores anglicanos que responden directamente a Londres. Simultáneamente se atacan las raíces culturales argentinas tan ligadas a la cultura hispánica. Esta agresión se realiza a través de innumerables organizaciones no gubernamentales que ficticiamente argumentan luchar por la defensa del ambiente y de los derechos de los pueblos originarios, palabra adoptada recientemente que se ha puesto de moda. No nos explayaremos … pero en el caso de los mapuches no se trata de pueblos originarios sino de tribus invasoras procedentes del actual territorio chileno (donde tantos problemas y actos de terrorismo generan) y que se asentaron tras masacrar y someter a las tribus locales que verdaderamente eran originarias.» –Sebastián Miranda, La guerra del Atlántico sur (2017), capítulo V.