Apoyo de las urnas al Plan Austral

Nota de archivoDistribuida originalmente por la agencia Reuters.

BUENOS AIRES (Reuter) — El gobierno del presidente Raúl Alfonsín obtuvo un abrumador respaldo popular en las elecciones legislativas de ayer, que los observadores consideraban como una prueba de fuego para su programa de ajustes económicos y sociales.

El radicalismo consolidó su mayoría en la cámara baja, no sólo al ampliar su representación en unos tres legisladores sino también con la pérdida de unos 10 legisladores por parte de los peronistas, el principal partido de oposición.

Todos los dirigentes políticos coincidieron en que los comicios para la renovación parcial de las legislaturas, primeros realizados en 20 años, afianzaban la democracia restablecida en la Argentina con la asunción de Alfonsín en 1983.

“Estas elecciones han plebiscitado la política de Raúl Alfonsín en materia de consolidación institucional y también en cuanto a su propuesta económico-social”, dijo hoy el diputado radical electo Leopoldo Moreau.

La oleada de amenazas y atentados atribuídos a grupos derechistas que enturbió las semanas previas a las elecciones y obligó al gobierno a implantar el estado de sitio, no alteró el perfil del electorado argentino, que volvió a consagrar a radicales y peronistas como las fuerzas políticas predominantes.

“Las dos fuerzas mayoritarias bajaron el porcentaje ovtenido en la elección de 1983, per se ha reforzado el sistema bipartidista” dada su amplia ventaja sobre sus más inmediatos seguidores, dijo hoy el ex candidato presidencial peronista Ítalo Luder.

El peronismo, que de hecho dirimió una puja interna entre los sectores renovadores y la vieja guardia al presentar listas separadas en buena parte de los distritos, sufrió un nuevo revés luego de su primera derrota electoral en 1983.

Sólo la ventaja arrolladora de los candidatos renovadores sobre la vieja guardia era hoy motivo de esperanzas entre los dirigentes peronistas, que aguardaban ahora un proceso de recomposición interna capaz de colocarlos en mejor situación para la próxima contienda electoral.

El diputado peronista electo José de la Sota dijo hoy que había llegado la hora de “terminar la organización definitiva iniciada por el movimiento, alejando de su seno a los elementos irritantes y explicando con claridad su proyecto de independencia nacional”.

El peronismo ha sido un agudo crítico del programa radical de ajustes que congeló precios y salarios para abatir una inflación que llegaba al 1000 por ciento en junio, cuando puso en marcha el denominado Plan Austral.

El programa, elogiado por el Fondo Monetario Internacional, despejó el camino para la recepción de más de 4.000 millones de dólares en préstamos para ayudar al país a pagar los intereses dela deuda externa de 50.000 millones de dólares.

Los analistas económicos y financieros aguardaban que el futuro del programa de asuteridad, que se apoya fundamentalmente en el respaldo del público a los controles de precios y salarios, podía depender del margen de victoria del radicalismo.

Los peronistas reclaman al gobierno un programa de reactivación capaz de poner nuevamente en marcha el castigado sector industrial argentino y crear nuevos empleos, y cuestionan su adhesión a las políticas restrictivas recomendadas por el FMI.

“Las presiones recesivas se verán incrementadas en el uturo con el nuevo poder adquirido por el gobierno”, manifestó hoy el senador peronista Deolindo Bittel, agregando lacónicamente que “el pueblo no votó de la mejor manera posible”.

“Algo ha ocurrido en el país para que la gente esté convencida de que Alfonsín es el hombre providencial que esperaba la Argentina desde la muerte de (Juan) Perón”, agregó Bittel.

El diputado radical Moreau señaló que cons su victoria “el radicalismo soldó la alianza social que logró concretar alrededor de la figura de Alfonsín en 1983. Nos hemos extendido hacia sectores que tradicionalmente eran del peronismo”, aseguró.

Los peronistas tuvieron un buen desempeño en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires, fundamentalmente gracias a los candidatos del sector renovador, pero perdieron en el interior, en las provincias con gobernadores de la vieja guardia del partido.

Los resultados de las elecciones provinciales influirán sobre la conformación del Senado nacional el año próximo, cuando los congresos provinciales elijan a los miembros del un tercio de las bancas de esa cámara, donde ahora los peronistas tienen mayoría.

Los dos ganadores netos de esta elección fueron dos agrupaciones menores que registraron un pronunciado crecimiento respecto de los comicios de 1983.

El Partido Intransigente, de izquierda, que aboga por una economía dirigida y una actitud más dura respecto de los acreedores extranjeros, aumentó su representación de dos a cinco legisladores.

Y la Unión del Centro Democrático, de derecha, que reclama al gobierno una profundización de la economía de mercado libre, y una decidida política de privatización de empresas estatales, por lo menos sumaba dos legisladores al que ya contaba en la cámara baja.

Las principales expectativas se centraban ahora en los futuros pasos del gobierno radical en materia económica, particularment een lo referido a posibles medida spara reactivar la economía y al aflojamiento de los controles de precios y salarios, reclamado por los dirigentes empresarios y sindicales.

La plaza financiera pareció responder favorablemente hoy al resultado electoral, a juzgar por un leve descenso de la cotización del denominado dólar “paralelo”, y ciertos aumentos registrados en la bolsa.

–Santiago González

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