Una luz en las tinieblas

No sé qué motivo habrá impulsado a Elisa Carrió y Mauricio Macri a anunciar justamente este sábado su decisión de competir en internas abiertas por una candidatura presidencial alternativa al peronismo en cualquiera de sus avatares, en las elecciones de octubre. Tal vez ya la tenían pensada con anterioridad, tal vez sintieron la necesidad de encender una luz en las tinieblas. En todo caso, éste fue el efecto que produjo la novedad al término de una semana impregnada de luto y desasosiego, que había comenzado con la muerte violenta y rodeada de siniestras connotaciones del fiscal Alberto Nisman, y culminado con la dolorosa despedida de sus restos sin que los misterios se hubiesen aclarado en lo más mínimo. “Nos duele la realidad de nuestro país”, dijeron en un mensaje conjunto los dirigentes de la Coalición Cívica y el PRO. “Pero nos llena de esperanza saber que este año las elecciones nos dan la oportunidad de lograr un cambio. Queremos que haya una alternativa competitiva frente a los que nos gobiernan desde hace décadas. Creemos que el cambio no debe ser cosmético, sino un cambio profundo que nos lleve a ser un país mejor. Un país con república, paz, unidad, certezas y prosperidad económica y social. Con instituciones sanas que permitan proyectar el futuro.” El anuncio corona una iniciativa tomada hace varios meses por Carrió, que le valió duras críticas de parte de la izquierda del Frente Amplio UNEN, al que pertenece su Coalición, y de parte de sectores del radicalismo más o menos encolumnados detrás de Ricardo Alfonsín, pero en todo caso leales a las concepciones de su padre. “Sellamos la unidad y competiremos en las elecciones internas abiertas para que ustedes puedan elegir cual es la mejor propuesta, sin que nadie pierda su identidad –ofrecieron los dos dirigentes–. Invitamos a todos los argentinos que compartan este sueño a sumarse.” El anuncio constituye en realidad un incentivo para atraer la participación orgánica de la Unión Cívica Radical en el proceso abierto por Carrió y Macri. La idea cuenta desde hace tiempo con el beneplácito del presidente del partido, Ernesto Sanz, pero la UCR reserva estas decisiones estratégicas para su Convención Nacional, que deberá aprobarla o rechazarla en el encuentro programado para marzo. Carrió planteó la estrategia, Macri dio un paso audaz pero al mismo tiempo inevitable porque solo no iba a llegar a ningún lado. Sobre el radicalismo recae ahora la responsabilidad de generar una oferta electoral con posibilidades ciertas de derrotar al peronismo y restablecer las instituciones de la república, y está bien y es lógico que así sea: se lo exige su historia, se lo exige el magisterio de sus mejores figuras, y también se lo exige su cuota de responsabilidad en el desgranamiento de la democracia. La historia le ofrece una nueva, decisiva oportunidad. La decisión de Carrió y Macri, finalmente, pone un freno a las iniciativas que procuraron montarse sobre la confusión de los últimos días proponiendo un llamado a elecciones anticipadas, maniobra orientada a asegurar la continuidad del peronismo en el poder. Tal vez sea esto último lo que precipitó el anuncio: nada mejor que encender una luz para disipar la confusión, para alumbrar el camino, para orientar la marcha. Para salir del laberinto sin necesidad de hilos mitológicos, con la hoja de ruta de la Constitución y de las leyes.  –S.G.

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