Una Argentina para enamorar

¿Quién, en su sano juicio, se propondría asentar su familia y desplegar sus capacidades en una tierra de nadie, asolada por bandidos?

Es difícil para el espíritu asimilar los cambios de época. Esto lo sabía bien Talleyrand, el gran estadista francés cuya actividad política atravesó el reinado de Luis XVI, la Revolución, el imperio napoleónico y la Restauración. “Quien no haya vivido antes de 1789 no conoce la dulzura de vivir”, diría más tarde, reconociendo en sus agitadas peripecias un punto de inflexión, un antes y un después. La memoria suele ser selectiva y tiende a embellecer el pasado. Pero... Continúa →

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