Al flamante presidente del Banco Central Guido Sandleris sus amigos le llaman familiarmente “El Perro”. La misión fundamental del presidente de cualquier banco central es la defensa de su moneda. Al “Perro” Sandleris le corresponde entonces defender nuestro peso. No pude evitar acordarme de José López Portillo, que presidió México en el sexenio 1976-1982, y falleció en 2004. En 1981 le tocó enfrentar una crisis parecida a la que atraviesa la Argentina en este momento, con pérdida de confianza de los inversionistas y fuga de capitales. Por supuesto, enseguida alguien le acercó la receta de la devaluación, que López Portillo rechazó con el razonable argumento de que “presidente que devalúa se devalúa”. Y en una reunión con corresponsales extranjeros prometió enfáticamente en esos agitados días que iba a “defender el peso como un perro”. El desafío inicialmente cayó bien entre sus nacionales, pero se le volvió en contra cuando no tuvo más remedio que devaluar y sobre su cabeza cayeron las burlas con que los mexicanos castigan al que no está a la altura de sus bravatas. Al terminar su mandato, López Portillo se hizo construir un lujoso y cuestionado complejo de viviendas para él y sus hijos en una colina del exclusivo Bosque de las Lomas, en el Distrito Federal, que se conoce desde entonces como “la colina del perro”. –S.G.