¿Perros o chicos? Perros

Finalmente, los perros les ganaron a los chicos la batalla por el uso de las plazas y parques de la ciudad. Los animales corren a sus anchas por senderos y canteros, mientras que los chicos, con suerte, cuentan con un pequeño rincón enrejado con hamacas y toboganes, donde deben amontonarse sin garantía alguna de que entre la arena que sirve de piso no se esconda alguna de las pestes usualmente transmitidas por perros, como toxoplasmosis o leptospirosis. Hace unos años se instalaron en las plazas unos caniles que eran similares a los sitios destinados hoy a los chicos, pero ahora es al revés. Los dueños de perros han demostrado tener más poder de lobby que los padres de niños, y se adueñaron absolutamente de los espacios recreativos al aire libre para felicidad de sus animales. Los dueños de perros han contado con el respaldo implícito de toda la industria relacionada con la tenencia y cuidado de mascotas, incluyendo los productos veterinarios y los alimentos especiales, cuya abundante pauta publicitaria logra que los medios no sólo hagan la vista gorda sobre estos problemas sino que alienten explícitamente la tenencia de animales. Los dueños de los perros también han logrado el respaldo de las autoridades políticas de la ciudad, que jamás van a mover un dedo cuando se trate de tomar medidas que puedan resultar impopulares en un sector de la sociedad, ni siquiera en el caso de asegurar el respeto de derechos elementales, como es el de contar con espacios públicos razonablemente libres de riesgos para los juegos de sus hijos. El gobierno de la CABA ha llegado al ridículo de instalar expendedores de bolsitas de caca de perro (que pagamos todos) en plazas donde todavía se advierten carteles que prohíben el acceso con animales. Sin demostrar mucha iniciativa para defender sus derechos, los padres de niños se limitan a cruzar los dedos y rogar que no se pesquen alguna enfermedad cada vez que van a la plaza. La ciudad de Buenos Aires está invadida de perros en proporción desordenada, muchos de ellos son animales de enorme tamaño y de razas particularmente agresivas, cuya vida en un departamento urbano es una tortura para ellos y un peligro para todos. En otros países, la tenencia de mascotas está sujeta a restricciones, entre ellas el pago de impuestos que van en relación con las dimensiones del animal. –S.G.

 

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