«No hay un tribunal de la crítica. Estamos en una época que es acrítica porque es ahistórica, estamos viviendo en una especie de eterno presente. La globalización nos impone un eterno presente. Al no haber contexto, tampoco es posible la crítica, es muy difícil insertar pautas de valoración cuando el único hilo conductor para poner el valor es el mercado. Eso genera una enorme confusión y también genera ideas de falsas vanguardias, es decir solamente puede haber vanguardia cuando hay una utopía posible o cuando hay formas de convivencia política que pueden ser diferentes o superadoras a las actuales.» –Gabriela Massuh, en Página/12, 14-8-2015.