Cristina y el sillón

¿Cristina quiere realmente lo que dice que quiere? Una semana atrás, serena y determinada, nos habló de la necesidad de sumar voluntades para ganar la elección, y de sumar aún más voluntades para gobernar el país y sacarlo de la ruina en que se encuentra. También comunicó su decisión de ceder el primer lugar de la fórmula electoral a Alberto Fernández y reservarse la candidatura a la vicepresidencia. Este sábado el dúo apareció finalmente en escena en un acto público realizado en el gran Buenos Aires, y la incomodidad de la ex presidente fue visible. Cedió el protagonismo a Alberto Fernández, cuyo mensaje cerró la reunión, y se reservó para sí una breve presentación de menos de cinco minutos, que no tuvo la encendida elocuencia que le es propia. Ella misma dijo que había querido darle al encuentro un tono más bien intimista y casero, “onda living” (en el escenario había sillones y una mesita ratona), pero el público le pidió que se incorporara. Sus palabras incluyeron melancólicos recuerdos del último 25 de Mayo vivido junto a su esposo en 2010 (“Ese fue, además, el último año en que fui enteramente feliz.”), menciones apesadumbradas sobre el estado de la Nación, y una reiterada insistencia en que no había que esperar “que dos dirigentes puedan hacer todo” para revertirlo. Si las palabras no alcanzaron para encender el entusiasmo de nadie, su lenguaje corporal –ahora que se ha puesto de moda hacer este tipo de análisis– acompañó ese desgano. Cristina habló con el micrófono en la mano derecha, mientras apoyaba la mano izquierda en el respaldo de un sillón giratorio que había ocupado hasta minutos antes. Durante todo su discurso, y sin proponérselo,  la oradora hizo rotar el sillón hacia un lado y el otro imprimiendo a su propio cuerpo un movimiento similar en sentido contrario. El vaivén resultó molesto para el espectador, y supongo que más molesto todavía para el seguidor o el militante, porque transmitía indecisión, inseguridad, incomodidad de la ex presidente con el lugar que estaba ocupando. –S.G.

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