Conspiración

José Ignacio de Mendiguren, infatigable lobbista de la patria prebendaria y animador importante del golpe de estado del 2001 contra el presidente Fernando de la Rúa, se presentó a la justicia federal para solicitarle que investigue si efectivamente existe entre sectores políticos y empresarios una conspiración para apartar del cargo a la actual presidente, en la cual él mismo estaría involucrado, tal como ha denunciado reiteradamente Elisa Carrió. Si así no fuera, dice Mendiguren en su presentación, la diputada sería responsable del delito de intimidación pública. La querella del candidato massista tiene un propósito exclusivamente mediático, ya que difícilmente un magistrado pueda hacer lugar a un reclamo tan disparatado: a menos que los conspiradores sean muy torpes, ninguna investigación puede probar la existencia de una conspiración, pero tampoco puede probar su inexistencia. La denuncia de Carrió es una denuncia política, no penal, y eso invalida el reclamo del lobbista de que se la formule en sede judicial. Y como denuncia política tiene mucho sentido: en torno del intendente de Tigre se han reunido casi todos los protagonistas del golpe del 2001: los mismos sectores del partido justicialista, los mismos grupos empresarios. Incluso los mismos medios de comunicación: la reciente biografía de Sergio Massa “El salto del tigre” aparece firmada por el periodista de Clarín Pablo de León, y publicada por Aguilar, el sello que acompaña a Clarín en muchos de sus emprendimientos editoriales. La “primicia” de la denuncia de Mendiguren la tuvo Infobae, propiedad de Daniel Hadad, cuya Radio 10 agitaba en el 2001 la opinión pública a favor de la salida de De la Rúa. El que se quemó con Eduardo Duhalde, ve a Mendiguren y a toda esa runfla, y llora. –S.G.

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