Cinco leyes y un memorial

La prolongada cuarentena agrava el cuadro de debilidad extrema del país, y salir nuevamente a la calle exige cuidados puntuales y urgentes

Más por necesidad que por virtud, todo indica que con sus más y sus menos la salida de la cuarentena está cerca. La debilidad estructural de un país castigado por medio siglo de desmanejo económico, casi una década de estancamiento y dos años de recesión se ha visto inesperadamente agravada por lo que prometen ser casi dos meses de parálisis total. Esta situación excepcional requiere de cuidados excepcionales, cuidados intensivos para usar el vocabulario a la moda. El Congreso es el lugar adecuado para discutir las terapias recomendables, y también el restablecimiento de las funciones legislativas parece estar a la vista. Me permito entonces, luego de aplicar mi propio triaje, sugerir cinco leyes urgentes para preservar el cuidado de nuestra salud pública, en el sentido más amplio de la expresión. Y dedicar un memorial a los adultos mayores.

1) Prohibir la enajenación de cualquier medio de producción nacional, industrial, agropecuario o de cualquier tipo

La parálisis ha dejado a nuestras unidades productivas en una situación de debilidad que, como dije, se suma a las penurias preexistentes. En estas circunstancias podrían ser presa fácil de capitales internacionales a la búsqueda de pichinchas al igual de lo que ocurrió tras la crisis del 2001/2002. Como quedó a la vista en la estampida mundial por el virus, cuando las naciones se disputaron barbijos y respiradores como perros de presa, es tan malo tener los recursos productivos en manos extranjeras como depender exclusivamente del extranjero para su provisión. La prohibición que propongo no debería ser eterna, sin embargo; se trata de una medida de emergencia que debería regir hasta un momento determinado, por ejemplo el momento en que el Estado alcance el equilibrio fiscal, indicio válido como cualquier otro de una economía sana, pero también incentivo para sanearla.

2) Mantener suspendida la inmigración y expulsar al extranjero que delinque

El Estado ha dedicado recursos que no tiene, pero que resta de la actividad productiva, para mantener con vida a legiones de familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, entre las cuales hay una proporción no menor de inmigrantes. Para esas personas no será fácil ni rápida la reincorporación al mercado de trabajo, por lo que el Estado deberá seguir sosteniéndolos hasta que lo logren, lo cual es justo y razonable. Pero la carga impositiva implícita se hará sentir sobre la actividad productiva y hará más lenta su recuperación. En estas condiciones, el país no puede importar más pobreza reabriendo la inmigración suspendida por la crisis del corona. Tampoco es justo ni razonable que dedique sus escasos recursos a sostener, dentro o fuera de las cárceles, a inmigrantes que hayan actuado contra la vida o la propiedad. De manera que cualquier extranjero que haya cometido delitos de gravedad a determinar debería ser devuelto a su país de origen y despojado de la ciudadanía argentina si es que la obtuvo en algún momento.

3) Derogar la ley de vacunación obligatoria

El revuelo mundial desatado en torno del virus corona dejó a la vista extraños proyectos de ingeniería social que han encontrado en las vacunas el vehículo para sus propósitos. Han quedado expuestas una serie de fundaciones y organizaciones no gubernamentales que patrocinan al mismo tiempo peligrosos experimentos con virus (de uno de los cuales parece haber salido el causante de la covid-19), campañas para regular el crecimiento demográfico por medio de la esterilización y el aborto, y programas de vacunación masiva y compulsiva, todo bajo el manto del sanitarismo y usando como escudo instituciones internacionales de referencia para la actividad médica. En este contexto amenazador, tanto la ley de vacunación obligatoria vigente, como el compromiso del país de someterse a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en la materia, resultan gravemente riesgosos para los argentinos, mucho más que los males de los que pretende protegerlos, y deben ser derogados. Hay que volver al calendario original de seis vacunas para niños, someter a estudio local las catorce restantes, y en ningún caso, bajo ningún concepto, autorizar la aplicación de vacunas que no hayan sido elaboradas en el país. La vacunación se ha convertido en una cuestión de defensa nacional.

4) Reformar la educación para orientarla a la destreza y la autosuficiencia

Tenemos millones de jóvenes sumergidos en la pobreza que no estudian ni trabajan, atrapados en un círculo para nada virtuoso. No tienen trabajo porque no saben hacer nada y no estudian porque en la escuela nadie les enseña lo que necesitan para vivir: ni un oficio, ni un arte, ni defensa personal, ni habilidades como nadar, cabalgar o bucear. La economista Iris Speroni propuso hace poco un plan de reforma educativa de emergencia que pueden leer en detalle siguiendo el enlace ofrecido al pie de esta nota. Sugiere en principio volver al sistema que rigió hasta 1975, antes de que Raúl Alfonsín destrozara la educación en todos los niveles, y agregarle herramientas para el futuro. “Crear ciudadanos autosuficientes, gente hábil en todas las situaciones”, dice Speroni. “Que todo argentino sepa defenderse, ganarse la vida y sobrevivir en entornos hostiles es la mejor enseñanza que se pueda dar.” Esto es urgente, extremadamente urgente, porque los jóvenes no pueden emerger desamparados de la cuarentena a unas calles vacías, sin oportunidades ni futuro. Una oferta educativa semejante, capaz de prepararlos para cuando la oportunidad laboral se reactive, sería ella misma motor de optimismo, esperanza y dedicación para nuestros muchachos.

5) Liberar el mercado financiero de cambios

La idea pertenece al ex ministro Domingo Cavallo y me parece tan urgente como las anteriores. Cavallo reconoce que dadas las circunstancias no conviene eliminar los controles de cambio, pero al mismo tiempo afirma que no tiene ninguna justificación mantenerlos para la economía financiera porque acentúa la salida de capitales y aumenta la economía en negro. “Lo mejor que el gobierno podría hacer en esta materia, es permitir que funcione, sin restricciones, un mercado financiero totalmente libre, que reemplace al contado con liquidación y al dólar bolsa y lleve a su mínima expresión al mercado blue. En ese mercado cualquier tenedor de dólares, sean billete o depositados en los bancos, podrá venderlos y cualquier persona humana o jurídica podrá comprarlos”, agrega. Una medida semejante, complementada con tasas de interés reales en pesos, aventaría al mismo tiempo dos miedos generalizados en estos días entre los ciudadanos: que la inflación les coma los ahorros y que el gobierno se proponga entrar a saco sobre los depósitos y las cajas de seguridad. Todo ello incentivaría el ahorro, devolvería dólares al circuito formal y ayudaría a una más rápida recuperación de la normalidad. El enlace a la propuesta del ex ministro también se encuentra al pie.

El memorial

El memorial con el que quiero cerrar esta colección de apuntes urgentes está dedicado, como dije, a los adultos mayores. El gobierno perdió tiempo, dinero y recursos en prepararse para una pandemia imaginaria en lugar de concentrarse en los ancianos, que todos los inviernos son víctimas de enfermedades respiratorias reales. Este año la gripe viene brava, y se va a poner más brava –justo al llegar los mayores fríos, en el peor momento– cuando se levante la cuarentena y la gente vuelva a circular por las calles, y los virus gripales con ella. Como todos los años, para los más jóvenes la gripe no va a ser más que una molestia pasajera, pero para los mayores, y los que padecen de ciertas enfermedades puede ser mortal, también como todos los años. El que quiera vacunarse, que lo haga si eso le da tranquilidad. Pero seguramente ya sabe que para el virus rebelde y contagioso de este año todavía no hay vacuna. De modo que, como todos los inviernos, el mejor consejo es quedarse en casa cuando bajen las temperaturas (pero ventilando los ambientes por la mañana); usar barbijos para salir a la calle, hacer las compras e ir al banco, y pedir a quienes vayan a visitarlos que también los usen; evitar los lugares muy concurridos, y lavarse las manos al regresar . Hay quienes al volver de la calle se hacen gárgaras con agua tibia y sal o bicarbonato, lo que brinda una protección adicional. Con eso basta: a vivir sin miedo, que respirar no es vivir, como dijo el poeta.

–Santiago González

Enlaces externosPreppers, por Iris Speroni
Liberación cambiaria, por Domingo Cavallo

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2 opiniones en “Cinco leyes y un memorial”

  1. Como siempre a grandes rasgos estoy de acuerdo. Pero darle cabida a un personaje verdaderamente siniestro com Cavallo me parece un verdadero desproposito. Ha demostrado con hechos ser un increible vendedor de humo y tener una tambien increible habilidad para seducir a la horrible clase politica que nos domina y eso lo hace doblemente peligroso. Sus antecedentes, algunos reñidos con el Codigo Penal, son varios y todos malos. He leido varios escritos de Iris Speroni y no tienen desperdicio….o sea que nadie la va a convocar.

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