“Conocemos a muchos ciudadanos de países ordenados como Bélgica, Suiza, Holanda, Alemania, Escocia, que encuentran en nuestro país un charme difícil de explicar. Los fascina el desorden feroz de los transportes, el imprevisto de la calle donde tanto puede producirse un tiroteo como un coito, un acampe como una manifestación, escraches, violaciones, gritos, accidentes, asesinatos, batifondos estrepitosos, la broma pícara de los varones, la belleza impactante de las mujeres. Ese caos bastante horrible que a nosotros nos tiene hartos, pero engancha a ciertos europeos. Por un tiempo.” –Rolando Hanglin