Por Pat Buchanan *
Algunas encuestas muestran a Joe Biden diez puntos por delante de Donald Trump y arrasando en los estados clave de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania. Estos datos reivindican la estrategia adoptada por los asesores de Biden: Confinarlo en un sótano, nada de conferencias de prensa. Sacarlo para que recite ante las cámaras mensajes cuidadosamente redactados. Devolverlo enseguida a su encierro. Esto le permite a Biden esquivar las urticantes cuestiones que dividen no sólo a Demócratas y Republicanos sino también a progresistas e izquierdistas. La mayoría de las cuales tiene que ver con el explosivo asunto del racismo.
Veamos. La legislatura de California resolvió someter a referendo en noviembre un regreso al sistema de preferencias raciales que fueron proscriptas por discriminatorias en otro referendo, hace 25 años. El proyecto revertiría la enmienda constitucional de 1995, aprobada por el 55% de los votantes, que declaraba ilegal todo “trato preferencial” basado en “raza, sexo, color, etnia u origen nacional.” Si la iniciativa se aprueba, California regresaría a un sistema de condescendencia racial.
La promoción de las preferencias raciales se debe a que resultan imprescindibles para conseguir una mayor representación de negros e hispanos en los cuerpos estudiantiles de las facultades de élite del sistema universitario estatal, como la UCLA y la Universidad de California en Berkeley. Los estudiantes asiáticos hoy están “sobrerrepresentados” en esas prestigiosas casas de estudios porque obtienen las mejores calificaciones. ¿Cuál es la posición de Biden respecto de la discriminación contra los asiáticos?
A comienzos de mes, la asamblea de California aprobó la creación de una comisión encargada de formular recomendaciones en materia de reparaciones por esclavitud. Ahora bien, California no se incorporó a la Unión hasta 1850, y la esclavitud ya estaba abolida en la constitución del estado, pese a lo cual varios miles de esclavos fueron llevados allí durante la fiebre del oro de 1849. ¿Cuál es la posición de Biden sobre las reparaciones por esclavitud?
Muchas de las protestas recientes tras la muerte de George Floyd incluyeron la profanación y destrucción de monumentos. ¿Qué piensa Biden sobre tirar abajo las estatuas de Cristóbal Colón y Robert E. Lee? ¿Cuál es su posición sobre la destrucción de las estatuas de los presidentes Washington, Jefferson, Andrew Jackson, Lincoln, Grant y Theodore Roosevelt? ¿Qué piensa Biden sobre la remoción de la estatua de Caesar Rodney, estadista de Delaware y propietario de esclavos, que, pese a una grave enfermedad, cabalgó hasta Filadelfia para firmar la Declaración de la Independencia de Jefferson y hacer su aporte a la Revolución Americana?
Comprensiblemente, Biden preferiría no tener que elegir entre Caesar Rodney y Black Lives Matter.
Se nos dice que hay más arrestos y encarcelamientos de negros que de blancos debido al racismo sistémico en las fuerzas de seguridad. ¿Cree Biden que los policías son congénitamente racistas? Las grandes ciudades donde la muerte de negros es hoy cosa corriente han sido gobernadas durante décadas casi enteramente por los Demócratas. ¿Cree Biden que hay un racismo sistémico en los círculos gobernantes de todas esas ciudades manejadas por los Demócratas?
¿En los Estados Unidos hay desigualdad de riqueza entre negros y blancos debido a un racismo sistémico? Si eso es así, ¿por qué persistió esa desigualdad a lo largo de los dos mandatos de nuestro primer presidente negro, que tenía a Biden como vicepresidente? ¿Cree Biden, como cree Elizabeth Warren, en gravar la riqueza de los ricos y transferir riqueza para cerrar la brecha entre negros y blancos?
¿Hay racismo sistémico en la prensa norteamericana? Entre nuestras organizaciones noticiosas dominantes figuran el Washington Post, el New York Times, ABC, CBS y NBC. Todos controlados por los progresistas. ¿Hay racismo sistémico en nuestras grandes universidades y facultades? Sin embargo, Harvard, Yale, Princeton, Columbia y el resto de la Ivy League son manejadas desde hace mucho tiempo por una bien atrincherada élite progresista.
¿Nuestra enorme burocracia federal ha sido permeada por el racismo? Aunque los norteamericanos de origen africano son el 13% de la población estadounidense, ocupan el 18% del empleo en el gobierno federal. ¿Hay racismo sistémico en nuestras escuelas públicas? ¿Quién controla los sindicatos docentes? ¿Quién cubre casi todos los cargos docentes?
¿Hay racismo sistémico en California? Si eso es cierto, ¿quién tiene la culpa? El gobernador, los dos senadores, las dos cámaras de la legislatura, todas las dependencias oficiales a lo largo y lo ancho del estado, y 46 de las 53 bancas legislativas de California pertenecen a los Demócrtas.
Si Biden asomara la cara, tendría que responder por qué todas esas instituciones donde su partido y su gente tiene predominio –los medios, Hollyvood, la comunidad académica, las escuelas públicas, los gobiernos de las grandes ciudades, las grandes fundaciones, la burocracia federal– aparentemente están atravesadas por un racismo sistémico al cabo de décadas de dominio Demócrata.
Y, más precisamente, tendría que decir qué se propone hacer al respecto.
Tal vez mantenerlo escondido en el sótano sea lo mejor.
* Ex asesor de los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 y 1996. Su último libro es Nixon’s White House wars: The battles that made and broke a president and divided America forever.
© Patrick J. Buchanan.
Versión castellana y notas © Gaucho Malo.